1. Ana


    Fecha: 06/09/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... derrumbó encima de Antonio, pero este siguió impasible dándole pistonazos al ya inmóvil cuerpo de ella, fundidos en un abrazo de oso, de pronto empezó a bramar ahogadamente como un animal y por las contracciones que daba su polla y el febril movimiento que hacia supe que estaba eyaculando. Finalmente él también se quedó totalmente quieto y exhausto dentro de ella.
    
    Yo no podía mas, necesitaba follar estaba excitadisimo, así que me acerqué y cogiendo a mi mujer la puse boca arriba junto a Antonio y raudo me tumbé sobre ella, metiéndosela de un golpe sin problema, ella lanzó un gemido de gusto, entró fácilmente. Me quedé clavado en ella unos instantes sintiendo su calor en mi polla, sentía su coño muy amplio, sin duda lo tenia abierto por la polla de Antonio.
    
    Comencé a follarmela con muchas gasas, le estaba dando con mucho brío, a nuestro lado Antonio se quitó el chorreante preservativo y se puso a tocarse la polla mientras nos miraba. Ana cerró las piernas en torno a mi cintura y así sentía la penetración mas profunda. Cada vez empecé a darle mas fuerte. Ella estaba como nunca la había visto, lanzando grititos de gusto y moviéndose como una zorra, me besaba como si se le fuera la vida en ello.
    
    Le cogí la mano y se la llevé hasta la polla de Antonio que seguía tocándose y la tenia ya dura. Ella se afanó en seguir masturbándole rápidamente mientras follabamos. Yo no podía mas, quería correrme y no podía esperar mas, salí de un salto de su coño y comencé a correrme como un burro sobre ella. Me derramé como hacia tiempo que no lo hacia. Le dejé el vientre lleno de leche, tenia salpicaduras hasta en las tetas. Sudoroso y jadeante me tumbé al otro lado de ellos. Lo que no esperaba es las palabras que salieron de la los labios de mi mujer:
    
    ¡Rápido, métemela!, lo dijo dirigiéndose a Antonio, mientras lo miraba a los ojos
    
    Este que volvía a estar en forma, raudo se colocó entre sus piernas donde tan solo hacia unos instantes estaba yo, y la penetró de un golpe dejándose caer sobre ella. Ana no jadeaba, chillaba al sentirse penetrada. Antonio empezó a darle con fuerza, yo veía perfectamente como entraba y salía su polla del chorreante coño de mi mujer. Los dos estaban fundidos en unos solo y se movían como culebras, él le comía las tetas, y ella no paraba de gemir.
    
    Mi excitación no era la misma que antes de haberme corrido y me sentí fuera de lugar, lo que tanto había deseado ya lo tenia, pero ahora ya era como si no me apeteciese, así que decidí darme una ducha y dejarlos solos. Me fui al baño y ni se inmutaron, siguieron follando como si se les fuera la vida en ello, eran dos animales en celo. No recuerdo haberla visto así nunca conmigo.
    
    En el baño y a pesar del ruido del agua, oía perfectamente el continuo crujir de la cama y los chillidos de ella. La ducha me sirvió para excitarme otra vez, mi polla volvía a tomar vida, y volvía a disfrutar de la situación. Hacia unos minutos que no escuchaba nada, ansioso salí del baño y vi que ...
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