1. Morbo de centro comercial


    Fecha: 05/09/2024, Categorías: Hetero Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy os traigo una fantasía que tengo con una buena amiga que seguro que le gustara (cruzaré los dedos).
    
    Un buen día decidimos quedar una mañana para ir a comprar a un centro comercial, los dos necesitábamos ropa y que mejor el ojo de una amistad para decirnos si nos queda bien o no. Esa era mi excusa, Ella no sabía lo que tenía guardado en mi mente pervertida Cuando dejamos a los niños en el colegio pasó a recogerme en su coche, eran las 10, de un martes, cuando llegamos todo estaba muy tranquilo. Lo justo para que nos dejaran en paz, pero también para que nos prestasen el mínimo de atención que nos mantendrían siempre en alerta.
    
    Tu ibas vestida como yo la dije: blusa ligera, pantalón vaquero ajustado y unas zapatillas cómodas. Se intuía tu sujetador y también el tanga negro que tanto me gusta. Cuando llegamos apenas hablamos: sólo te indiqué que fueses delante, tú ya sabías lo que tenía que hacer.
    
    En la primera tienda te elegí unas blusas y te acompañé al probador. Cerré la cortina quedándome fuera, aunque dejé una pequeña abertura, mínima, pues tal vez alguien; aparte de yo, te podría ver, claro. Me miraste a los ojos, insegura, temblorosa... yo sólo asentí, y comenzaste a desabotonar tu blusa... botón a botón, lentamente. Tu piel fue apareciendo poco a poco, y luego tus pechos, enfundados en aquel sujetador negro.
    
    Parecías tímida, pero te quitaste completamente la blusa y me enseñabas una parte de tu cuerpo. Yo estaba cerca de ti, a muy pocos centímetros, podía olerte, oír como tu respiración se agitaba, que hacía subir tus pechos, y podía mirarte... Te hice un gesto, y te diste la vuelta, enseñándome tu espalda. Me mirabas a través del espejo... Yo me acerqué a tu espalda y desabroché el sujetador... nada más. Tú de nuevo entendiste lo que querías, y te quitaste el sujetador despacio, lentamente... enseñándome tus pechos a través del espejo. Se notaba tu excitación, tus pezones no mentían. Cogí el sujetador que mantenías en una mano, lo doblé y me lo metí en el bolsillo. Te hice dar la vuelta, y pude apreciar tus pechos en toda su plenitud, frente a mí a través de la pequeña apertura de la cortina.
    
    Querías que te tocase, pero no lo hice... no te lo merecías todavía. Abrí un poco más la cortina, dejándola a la mitad y una pareja pasó en ese momento y pudo ver tus pechos brevemente. Hiciste un gesto reflejo de taparte, pero no te dejé. Quería tenerte así, ofrecida, tu torso desnudo, para que cualquiera pudiese verte…
    
    Te dejé así unos minutos, sin darte tu blusa que había elegido para ti, de pie en el probador y semidesnuda. Podía notar como iba creciendo tu nerviosismo y tu excitación. Pero no podías hacer nada, hasta que yo te dijese...
    
    Te ordené que te vistieses, y te pusiste la blusa, esta vez sin sujetador. Tus pezones se marcaban perfectamente, y te sentías avergonzada. Al salir, la chica de la tienda te miraba y luego me miraba a mí. Tú lo notabas y no sabías muy bien cómo comportarte, pero yo notaba que estabas ...
«123»