Final Sin Retorno
Fecha: 02/09/2024,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Cuando la conocí realmente cambió mi vida en 180 grados, Cristina es una mujer tremendamente guapa y muy sensual, jamás pasa desapercibida en el lugar que se encuentre, siempre es la admiración de hombres y mujeres, aunque estas últimas a mi parecer siempre guardan cierto nivel de envidia con ella. Nunca entendí por qué ella se fijó en mí, seguramente podía ver mucho más allá de lo que mis palabras podían decir y mis gestos podían mostrar, seguramente me descubrió como el ser que podía acompañarla por el camino que ya tenía pensado, aunque creo que no lo hizo de forma inmediata.
Yo no era ningún adonis ni siquiera digamos que mi buen verbo o mi situación financiera desahogada me hacían más atractivo a las féminas, pero no voy a negar que algún atractivo debía tener ya que las chicas nunca fueron un problema; pero obviamente había una gran diferencia entre las chicas con las que me relacionaba y la belleza que representaba Cristina. Creo que la atracción que ella ejercía en mí era mucho mayor que al contrario, por lo que como corderito inocente quedé totalmente atrapado en la prisión que aquellos ojos y brazos me ofrecían, tras un año de salir juntos y considerar la posibilidad de una vida en común, nos casamos; pero claro no todo fue color de rosa ya que había algunas cosas que con el tiempo resultaron ser la principal causa de nuestros problemas en pareja.
Por un lado Cristina era una mujer completamente centrada, planificada en cualquier objetivo que se planteaba, yo por mi parte era mucho más de vivir la vida como venga y a ser mucho más de dejar pasar las cosas; no sé cómo pero nos complementábamos y lográbamos sintonizar, e incluso en ciertas circunstancias, movernos a uno u otro de nuestros principales caracteres. Esto en si no es un problema pero al inicio lo fue hasta acoplarnos, lo que sí había algunas cosas que a mí me costaba muchísimo, el poder seguir el ritmo vertiginoso que llevaba mi esposa, lo que al final me producía mucho stress al salir de mi zona de confort, ya que no quería pelear mucho por esos temas y más bien me acomodaba, pero había algo más que era lo que realmente nos generaba más problemas y era algo relacionado completamente a mi... eran mis celos.
Unos celos infundados pero existentes en mi mente, no había día en el que no sentía, al menos una vez, aquella sensación de pérdida, de angustia que me producía ver, sentir o incluso imaginar algo relacionado con mi esposa. Y no es que realmente existiera nada fuera de lo común o excepcional, eran cosas pequeñas como un botón de la blusa desabrochado en verano, una mirada lujuriosa de algún paseante en un centro comercial, una sonrisa exagerada de algún dependiente de local, en fin, nimiedades que hacían que mi corazón saltara y mi boca se llenara con reclamos completamente ridículos, pero muy reales para mí ya que no se imaginan la polvareda que armaba mi esposa en el momento de llegar a cualquier sitio.
Al principio Cristina lo tomaba con aires de inocencia y ...