1. I – ¡Enséñame tú, papi!.


    Fecha: 27/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... calientes … se le salen algunas gotitas de su polla …
    
    —¡Ah! … entonces mojan sus calzoncillos … ¿verdad? …
    
    —¡Así es! …
    
    —¡Ah! … ¡Gracias, papi! … he aprendido algo nuevo …
    
    —De nada, hija … cuando quieras saber algo pregúntame y ya …
    
    —Está bien, papi … lo tendré presente …
    
    Algo incomodo me levanté de la mesa, sin tener en cuenta de que mi verga seguía dura, los ojos de mi hija se fueron de golpe a mis shorts …
    
    —¡Papi! … ¡Papi! … ¡Estás caliente! … ¡papi! …
    
    —¡Ugh! … disculpa …
    
    —¡Papi! … ¡vas a mojar tus calzoncillos! …
    
    Mi hija se sonreía mientras yo sin mediar palabras me fui hacia el baño, no sabía como ocultar mi erección ni justificarla, pero hablar de este tema con mi hija y también por la falta de sexo con su madre debido a la maldita pandemia, me había jugado una mala pasada, sentí deseos de desahogarme recurriendo a una rápida masturbación, pero decidí esperar a mi mujer y disfrutar junto a ella esta calentura provocada por mi hija.
    
    Afortunadamente mi hija se estaba ocupando de la vajilla y los utensilios utilizados en la cena, yo me fui a mi escritorio a adelantar trabajo, ya luego tendría mi mujer en casa y estaba deseando de que regresara pronto, estaba pensando en lo conversado con mi hija y me preocupaba el hecho de que ella se estuviera despertando sexualmente y sintiéndose curiosa al respecto, si bien para mí resultaba un tanto bochornoso e inquietante el haber esas charlas con ella, no podía no tener en cuenta la excitación que me hacían sentir estos diálogos.
    
    Soledad se había convertido en mujercita a los once años y desde entonces su anatomía femenina había sufrido todos los cambios que la madre naturaleza procura a jóvenes de esa edad, hoy en día con quince años, sus curvas se manifiestan harmoniosamente en su cuerpo de adolescente, sus caderas y estrecha cintura, hacen que su trasero sea a forma de corazón, con unos glúteos redondos y firmes que ella mueve cadenciosamente al caminar, no puedo de dejar de ver en ella las formas estéticas de mi mujer, la diferencia es que su seno está todavía en desarrollo, por lo tanto es más pequeño que el de mi esposa.
    
    Más de una vez la he visto delante del espejo observando su cuerpo solo en bragas, cuando vacacionamos en el litoral central, de pequeñita la he observado cuando se viste con su bikini acostumbrada a desnudarse sin complejos delante de mí, claro está que las cosas han ido cambiando al punto de que su madre le hizo notar de hacer esos cambios de vestimenta en la intimidad de su cuarto o teniendo la puerta del baño cerrada, pero como las costumbres no se cambian de un día para otro, en varias ocasiones me la encontré desnuda en el baño o cambiándose en su habitación con la puerta semi abierta.
    
    Este último periodo, la pandemia nos ha cambiado a todos y el estar a solas con mi hija, me ha llevado inexorablemente a mirar sus encantos de mujer, observarla caminar sensualmente por la casa, fijarme en sus largas y bien torneadas piernas, tratar de ...
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