1. Durante la tormenta me hiciste el amor


    Fecha: 24/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... quitándome el camisón y dejándome desnuda, es tanta la felicidad que ahora recibo a los rayos y los truenos con agrado.
    
    Tus labios sobre mis pechos lamiendo mis areolas y estimulando más si cabe mis pezones, siempre te gustaron mis pezones, grandes y puntiagudos, siempre jugaste con ellos con la punta de tu lengua subiendo y bajando por ellos mientras me robabas algún que otro jadeo, algún que otro gemido, tus manos acariciando mis caderas y mis muslos, metiéndote entre ellos mientras tus labios siguen un recorrido descendente y accediendo por el frondoso monte de venus caes como un ave de rapiña sobre mi clítoris, haciendo que mis manos agarren con fuerza las pieles que nos cubren y deje salir un gemido preludio de lo que va a venir después.
    
    Tu barba se une a mi vello púbico, tu boca devora mi clítoris a la vez que siento tus manos apretando mi vulva, tu dedo pulgar se mete entre mis labios llegando a tocar la entrada de mi vagina a la vez que tu dedo corazón casi me penetra en el año, me aprietas con fuerza varias veces antes de meter tus dedos en mi vagina para que te pueda volver a regalar mis gemidos, tu frondosa barba y espeso bigote me hacen cosquillas en mi carne desnuda y rosada, te deseo hermano, deseo que me poseas esta noche como la primera vez cuando me desfloraste, deseo tenerte dentro de mí, que tu pene me penetre y que llene todo mi interior, que recorras cada centímetro de mi vagina para que al final nos fundamos en uno.
    
    Mis dedos enredados en tu pelo moviendo tu cabeza cuando siento que tu legua me penetra, pero no quiero que eso, quiero ser penetrada por tu espada, quiero gozar con ella dentro moviéndose de arriba abajo, te subo la cabeza con mis manos y poco a poco vas subiendo tu cuerpo cubriendo el mío y mis piernas abiertas van rodeándote con los talones en tus nalgas espoleándote hacia mí, tu legua penetra la frontera de mis labios uniéndose a la mía y tu glande como siempre ha encontrado mi sexo sin ayuda manual, sexo húmedo, caliente y acogedor que se va dilatando a tu paso, al paso del tronco grueso y duro que va rellenando mi vagina.
    
    Fuera en la calle la tormenta que te ha traído hasta mí esta noche no da tregua y va en aumento al igual que tus movimientos hacia adelante y hacia atrás, tu pene se va metiendo en mi vagina y con cada centímetro mi cuerpo se estremece aún más, te siento dentro de mí, te noto tan dentro de mí que no quiero que la tormenta pare, figuras fantasmales se ven en las paredes cuando las veo moverse, pero no son tales, somos tú y yo haciendo el amor, tú encima de mí cabalgando sobre mi cuerpo y yo tumbada recibiendo en cada segundo una nueva penetración de tu pene arrancándome el placer de mi sexo, gritando como una loba, espoleando tus nalgas para que me la metas más fuerte y más dentro y rogándote para que no pares.
    
    Mi vientre me arde y empieza a temblar, un temblor que pasa a mis muslos haciendo que relaje mis piernas que caen a ambos lados de ti, con las piernas bien abiertas ...