1. Historias de una mirona 5: La sirvienta.


    Fecha: 21/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Alicia, Fuente: TodoRelatos

    ... los apretaba con sus dedos.
    
    Si se ponen duros es que lo estas haciendo bien.
    
    Estan duros, dijo mi hermano.
    
    La chica se giro y empezó a besar a mi hermano, las manos de ella tocaban las nelgas de mi hermano.
    
    Ahora mis niños tienen que mamar teta.
    
    -Cada uno empezó a lamer un pecho.
    
    Chupen el pezon y muerdanlos con los labios.
    
    -Nosotros hacíamos todo lo que nos decía.
    
    Que rico, decia ella.
    
    -La chica empezo a tocarme, me metía el dedo en mi vulva. Nosotros seguíamos chupando sus pechos.
    
    Que rico maman mis niños.
    
    Se alejo un poco de la cama, se quitó el pantalón, llevaba un calzón color blanco con dibujos de muchos colores.
    
    Ahora mi niño acércate.
    
    -Mi hermano fue hasta ella.
    
    Chupamela, dijo.
    
    Mi hermano le quito el calzón, su vulva era como la de mamá, pero no tenía pelo, era muy blanca, más que su piel. Mi hermano empezó a besarla, la chica se abrió un poco.
    
    Mete tu lengua, dijo.
    
    Mi hermano empezó a meter su lengua.
    
    Ven mi niña, dijo.
    
    -Me acerque.
    
    Tu vas a chupar mi culito.
    
    -Me puse atrás de ella, se inclinó un poco y tomó sus nalgas con sus manos, yo empecé a lamer su ano. Ella solo respiraba hondo y muy seguido.
    
    Que buenos niños, repetía. Mi niño meteme tus deditos.
    
    -Mi hermano empezó a meter sus dedos en su vulva.
    
    Mi niña tu has lo mismo.
    
    -Metí un dedo en su ano.
    
    Mete otro, dijo.
    
    -Metí dos dedos.
    
    Ahora metanlos y saquenlos rápido.
    
    -Empezamos a hacerlo.
    
    La chica empezo a gritar, sigan, decia una y otra vez.
    
    -Nosotros continuamos haciéndolo.
    
    La chica empezo a orinarse, tal como lo había hecho mamá. Seguía casi gritando y pujando. Apretaba la cabeza de mi hermano y nos pedía que metieramos más rápido nuestros dedos.
    
    Paró de orinar entonces puso de pie sobre la cama a mi hermano que estaba empapado, y empezó a lamerlo, acércate mi niña, dijo.
    
    Yo empecé a lamer a mi hermano.
    
    Mis niños buenos han hecho un buen trabajo, ahora debemos limpiar y cambiarnos.
    
    Nos cambiamos limpiamos mi cuarto.
    
    Ella nos dijo que no debíamos decir nada dd lo que habia pasado a nadie, ni a nuestros padres, ni a ningún amigo.
    
    Mi hermano le pregunto si podríamos volver a jugar otro día y ella le respondió que tal vez. 
«1234»