1. Querido diario: mi hermano, mi hombre


    Fecha: 13/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    Querido Diario:
    
    No había podido dejar de pensar en mi hermano desde el día en que estuve con él, era imposible pensar en cualquier otra cosa, simplemente no podía y, como después supe en las palabras de mi hermano, el tampoco logró sacarse a su hermanita de la cabeza.
    
    El pretexto llegó con la semifinal del mundial, pues me dijo que no quería ver el partido con papá, pues a veces se ponía muy necio, lo cual es cierto, así que me pidió que lo dejara verlo en mi habitación y que, aunque sabía que no me gustaba mucho el futbol, sería lindo que lo viéramos juntos, como hermanos. No tuve razones para negarme a tal petición y tampoco hubiera querido hacerlo, la sola idea de tenerlo conmigo, solos en mi cuarto, hacía que todo mi cuerpo se estremeciera.
    
    La hora del partido llegó y él entró en mi habitación. No me extrañó que no llevara algo de comida, pues sabía que todo aquello no fue más que una treta, un pretexto inventado para que pudiéramos estar a solas. Ambos nos recostamos en la cama, era evidente que estábamos nerviosos, pero ello no nos impidió vestirnos muy ligeros para la ocasión a pesar del frío que había en casa. Los dos nos habíamos puesto shorts y una playera ligera, ninguno llevaba ropa interior pues sabíamos que solamente estorbaría a nuestros planes.
    
    El partido avanzó pero él no hacía nada y yo no quería ser quien diera el primer paso, así que traté de incentivarlo un poco cuando coloqué mi cabeza en su hombro y le pasé mi mano por su pecho, tratando de animarlo a hacer un movimiento, pero el sonso estaba como una estatua, se había puesto muy rígido de todo el cuerpo,menos de la parte correcta. Pasados los minutos, me di cuenta de que si quería que pasara algo, debía ser yo quien lo iniciara, así que no esperaría un segundo más para que las cosas ocurrieran.
    
    Levanté un poco la cabeza y lo miré, él estaba sonrojado, lo cual me dio algo de ternura. Le di un beso en los labios, un gesto tierno antes de sonreír y bajar mi mano a su miembro, el cual estaba ligeramente endurecido, aunque no tanto como para que se notara demasiado su bulto en su ropa. El sonreí de nuevo, mordiéndome el labio, acariciando su pene que cada vez era más grande, deleitándome con la sensación de sentirlo endurecer bajo mi mano.
    
    Me acerqué de nuevo a él y mis labios encontraron los suyos, nos besamos, pero esta vez lo hicimos diferente, pues nuestras lenguas se encontraron y se estrecharon con gusto en un húmedo abrazo que añoraba ser infinito. Mis labios se desplazaron a su cuello, lo besaba y le daba algunos chupones que erizaban su piel, mientras su miembro se levantaba duro e imponente bajo mi mano.
    
    Yo no quería esperar más, estaba ardiendo y mi vagina estaba humedecida, lista para dar la bienvenida de vuelta a mi hermano, para sentirlo dentro mientras mi boca expulsaba gemidos incontrolados, motivados por el placer que sentiría al coger de nuevo con él.
    
    Metí mi mano dentro de su ropa y saqué su pene, lo miré por unos segundos, era tan ...
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