1. Mi novia por entrar al BDSM logró perder mi amor


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... estar.
    
    —Chanta.
    
    —Pero sincera. Pensaba que nunca estuvimos así. Por lo menos yo, con este sentimiento a flor de piel.
    
    —Que romántica que estas, te desconozco. Dije riendo.
    
    —Basura. Trato de ser una mina normal y me forreas. Si fuese por mí ya te estar…
    
    —Romina, ¿querés cenar afuera? Pregunte antes que pueda terminar de decir una barbaridad.
    
    —Guau, una cita. Encantada. Pero deja que me bañe, me cambie y me arregle.
    
    —Romi, no es necesario.
    
    —Como que no. Tato, por favor… dejame…
    
    —Si tardas más de dos whisky`s me voy.
    
    Se fue corriendo a su cuarto y yo me serví un whisky. Escuchaba como se bañaba, se cambiaba y me serví el segundo whisky.
    
    —Voy por el segundo. Le dije.
    
    —Tomalo lento por favor…
    
    Cuando salió estaba increíble. Un vestido negro, totalmente entallado que realzaba una figura tremenda. Tacos altos, un collar hermoso, aros. Una cartera colgando de su hombro. Maquillada sin excesos, y un perfume embriagador.
    
    —No estas nada mal. Sobre todo para una mujer de tu edad, y esa cantidad de carreras. Dije.
    
    —Te odio. Pero como te conozco mucho… Te amo. Perdoname. Se me escapo.
    
    —Tranquila. Vamos tengo que pasar por casa.
    
    Fuimos a casa, y puse música suave, le serví un Martini, tome dos platos, dos vasos, cubiertos y los puse en la mesa del patio de mi casa.
    
    —No, no podes hacer eso. Esta es tu cena afuera. Lo tendría que haber imaginado, tremendo desgraciado. No podes ser tan mal tipo Tato, mira como me arregle para salir.
    
    Me largue a reír a carcajadas. Fue peor todavía cuando se dio cuenta que era otra broma.
    
    —Me estas tomando de boluda en serio, basta. Te voy a matar.
    
    Fui corriendo a mi dormitorio, me di una ducha rápida y me puse un traje nuevo.
    
    —No podes estar tan fuerte desgraciado. Sos hermoso. Dijo dándome un beso en la mejilla.
    
    Cenamos afuera, en un restaurant claro, y fuimos a bailar. Estábamos bailando y me dijo:
    
    —Nunca hicimos esto Tato.
    
    —Tampoco nunca hicimos el amor Romina.
    
    —Boludo, me haces derretir.
    
    —¿Lo hacemos esta noche o preferís dejarlo para otro día?
    
    Dio un salto, se colgó de mi cuello y me beso con todo.
    
    —Tu casa o la mía. Dijo.
    
    Fuimos a su casa que quedaba más cerca.
    
    Ni bien entramos, se abrazó a mí y me preguntó:
    
    —¿Dijiste hacer el amor en forma literal o figurativamente?
    
    —Acostado, un rato yo arriba, otro vos. O perrito.
    
    ¿Vos que preferís?
    
    —Que me hagas el amor, no que me cojas. No quiero coger Tato.
    
    —Yo tampoco.
    
    Fuimos a su cuarto, nos desnudamos mutuamente en medio de besos y caricias. Nos tiramos abrazados a la cama. Nos besábamos con desmesura, acariciándonos, sintiendo la piel del otro en nuestros dedos.
    
    No tardó mucho en pedirme que me acueste boca arriba. Se subió y se puso la pija en la concha. Se la metió lentamente, se acostó sobre mi pecho, mirándome a los ojos, diciendo “Te amo” una y otra vez. Movía su cadera de forma que mi pija la penetraba hasta el fondo. “Años de experiencia” hubiera dicho ella misma ...