1. Mi novia por entrar al BDSM logró perder mi amor


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... putear, pero, les pido a las dos que se vayan de casa. Quiero estar solo.
    
    —Pero Tato, no era lo que planeamos, te enojaste por lo que hablamos, yo…
    
    —Agustina, simplemente quiero estar solo.
    
    —Tato, amigo, me voy. Sabes dónde encontrarme, y sabes mi celular. Dijo Romina poniéndose de pie.
    
    —Dale. Dije.
    
    —Tato, deja que me quede, no voy a hablar, pero deja que me quede con vos. No me gusta que te quedes así.
    
    —Tina, por favor.
    
    —Bueno… Dijo y me dio un beso y se fue.
    
    No almorcé y a la tarde, fui a trotar a un parque. Una rutina que repito cuando tengo que pensar. Estaba terminando mi tercer y última vuelta cuando vi a Romina sentada en una banca.
    
    —Hola amigo. Me dijo.
    
    —Hola amiga. ¿Por qué no me extraña verte?
    
    —Quizás porque no te molesta estar con tu amiga, o porque en tu casa solo querías que se vaya Tina y me lo dijiste con tus ojos.
    
    —Romi, en serio que no tengo ganas de hacer nada.
    
    —Lo sé. Yo tampoco. Quiero estar como tu amiga.
    
    Subimos a su auto y fuimos a mi casa.
    
    —Tato, date una ducha y charlamos.
    
    Lo hice, y cuando volví a mi cuarto a cambiarme desnudo, ella estaba sentada con el mate en la cama.
    
    —Sentate, tomemos unos buenos mates como en la vieja época.
    
    —En esa época, vos estabas en bolas.
    
    —Porque nos habíamos tirado tremendo polvo. No es el caso hoy.
    
    Escuchame. ¿La amas?
    
    —Que pregunta para hacer hoy. Hasta anoche, sí. Anoche algo cambió.
    
    —¿Qué?
    
    —Vi que gozaba cosas que no me gustan, gozaba con el dolor. Y en varios momentos, ni sabía si yo estaba o no. No me gusto que chupe su propio orín. Te lo dije, no me gustan las mujeres sumisas. ¿Te diste cuenta que en ningún momento vos fuiste tan sumisa como ella? Y hoy me dijo que se sentía sumisa tuya porque vos tenés una historia conmigo. No me gusta eso.
    
    —Te entiendo. No puede diferenciar el placer de la vida real. ¿Querés que hable con ella?
    
    —No. Quiero que reaccione. Si sigue en esa línea…
    
    —Entiendo.
    
    —¿Vos?
    
    —Yo… vivo Tato.
    
    —Tenés 30 años.
    
    —Si, como vos. No es día para hablar de edades.
    
    Tato, dale una oportunidad, no la cortes en seco. Vos sos muy tajante. Y sé que por eso quisiste que se vaya. Porque estás pensando en cortarla.
    
    —Me conoces bastante. Si.
    
    —Hagamos una cosa. El viernes organizo una fiestita en casa. Vengan. Y ves como se mueve. Ahí, decidís.
    
    —Si llego al viernes. Te aviso el jueves.
    
    —Dale.
    
    Romina se fue dándome un pico. Estuve lo que restaba del fin de semana solo. Tina me llamo el domingo diciéndome lo apenada que estaba por haber dicho esas cosas. La escuche, y aunque después decía que se arrepentía, yo sabía bien que no era así.
    
    Yo esa semana estuve con mucho trabajo y llegaba a casa a cualquier hora. No nos vimos más que el jueves para almorzar, y charlamos de mi trabajo. Quedamos en ir a lo de Romina el viernes y se le llenaron de brillos los ojos. A la noche le avise a Romina.
    
    —Bien, escuchame, vengan tipo 10 de la noche. Dijo Romina y me paso la dirección de la ...
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