Chichi loco - Relatos Eróticos

Chichi loco

CHICHI LOCO.

Estamos con las piernas entrelazadas, restriego contra su muslo mi coño húmedo, Luna hace lo mismo. Estamos disfrutando del suave placer que se tiene tras una sesión de sexo salvaje, ese que te impide razonar, que te lanzas sobre la otra persona pensando sólo en dar y en que te den.

Susana y Candela había ido a una fiesta con unos conocidos extranjeros de la andaluza, yo quería disfrutar de Luna y pienso que ella de mí, así que las dejamos marchar. Apenas nos quedamos solas, nos besamos hambrientas, nos quitamos la ropa, tan rápido que estuvimos a punto de romperla, y desnudas, nos comimos. Fue un 69 bestial, en el que besamos , lamimos, mordimos nuestras conchas una y otra vez. En el que el número de orgasmos se volvió incontable. Disfrutamos de nuestros flujos lascivos, las dos sentimos la descarga y bebimos el golpe del líquido más íntimo, ese que te hace pensar que te orinas de placer, en el que te explota todo la lujuria de tu feminidad.

Agotadas, abrazadas, entremusladas, sudorosas. Lamo el cuello de Luna, mi lengua sube hasta su oreja, meto en la boca su lóbulo, sin pendientes, y le doy un pequeño mordisco, ella me da un golpe con la pierna en mi chochito mojado.

- Eres mala- me dice agarrándome el pezón izquierdo y apretándolo

- Es que me gustas mucho- le confieso- me gusta tu piel, tu cuerpo de diosa que no se cuida, pero que el que el hacer de la vida perfecciona. Y me enloquecen tus ojos aceituna, que parecen de distinto color con la distancia...y que cambian cuando haces el amor.

Luna juega con mis pezones, le divierte que sean como dos pequeñas falanges del meñique, casi grises, picos en las areolas oscuras de mis senos. Yo la besuqueo el cuello y acaricio las nalgas, no tenemos prisa, estamos en una gozosa nirvana en la que la sensualidad nos inunda.

- Han sido fuertes estos días. Primero, Susana que es una fuerza del sexo hambriento. Cuesta dejarla satisfecha. Y con los hombres los devora. Cuando fuimos a un orgía, en la que cobramos, ella se fue con un padre y un hijo, una de esas historias de enseñanza sexual, los dejo secos. Luego vino de refuerzo conmigo que estaba con Arturo , su sobrino y un amigo, y tuvo fuerzas y ánimo para seguir.

- ¿ Te gustó hacerlo con tres?- me pregunta entre mimosa y curiosa.

- No especialmente. Es una experiencia pero... te acuerdas de la serie Los Soprano, que el prota le decía a su sobrino las vacas de una en una, así me pasa a mí, los machos uno a uno, lo prefiero. Y yo mandando los tiempos.

Luna se ríe antes de abordar mis pezones con la boca. Me encanta, los besa, los lame, los chupa, los muerde. Yo le sigo acariciando las nalgas. Mi dedo recorre el valle entre ellas. Llego a la puerta oscura. La delimito con el índice.

- Mi vida... ¿quieres que te meta el dedo?

- Uno o como mucho dos- me contesta separando unos segundos su boca de mi teta.

Me chupo el dedo, lo ensalivo bien, y acaricio los bordes del esfínter. Después despacito se lo voy ...