1. Nunca más


    Fecha: 22/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... chat nocturno sin saber, una vez más, por qué. Allí seguía "Amos y esclavas". Interiormente se sentía liberada, como si aquella pausa le hubiera devuelto su papel de ajena a aquellos locos. No pasaron muchos minutos hasta que recibió un mensaje:
    
    -Vaya, has vuelto.
    
    Tardó unos instantes en contestar.
    
    -Sí, aquí estoy. -¿Y has pensado en mi oferta?
    
    De repente se sintió tan desarmada como sorprendida al darse cuenta de que no sabía qué responder.
    
    -"Ambos vivimos en la misma ciudad", continuó Lanzarote. "Te doy mi dirección y una hora para que vengas a mi casa, y tendrás que confiar en la promesa de que no te haré absolutamente nada. Sólo mirarás".
    
    Para ella era como si no hubieran pasado esas dos semanas de "limpieza interior", y él le hablaba como si no hubieran existido. La mente de ella empezó a girar velozmente.
    
    -¿Cómo sé que no me harás nada? No te conozco. -Puedes darle por seguridad mi dirección a una amiga, como hacen muchas. Si luego pasara algo, ella me denunciaría. Pero te lo repito: no soy un loco, no voy a hacerte nada. Te irás como has venido. Este viernes, a las cinco de la tarde, en la calle Castilla Nº 43. Ven.
    
    A continuación, Lanzarote dejó el chat.
    
    IV)
    
    Había tenido tres días para pensárselo, pero llegó el viernes y no sabía qué hacer. A ratos la invadía la cordura y se juraba que ni loca iba a conocer al tipo ese del chat. En otros momentos, en cambio, sentía que no tenía nada que perder. Finalmente, fueron casi motivos externos los que la llevaron a decidirse. A eso de las tres de la tarde recibió una llamada de su marido diciendo que le habían adelantado un viaje previsto para tres semanas después. Así que se iba a quedar sola hasta el lunes. Coherente con un asalto de cordura, llamó a una amiga para ir a cenar con ella. Pero no consiguió localizarla. Se dio cuenta de que no tenía plan aquel viernes. Y una especie de alivio, el de haberse decidido al fin, la llevó a sentarse un rato desnuda frente al espejo.
    
    35 años, morena con el pelo liso, constitución normal y, tal y como le había dicho a Lanzarote, los pechos grandes. Bastante atractiva, según había escuchado en alguna ocasión, pero discreta. No llamaba la atención, precisamente.
    
    "No me lo pienso más, voy a cubrirme las espaldas y punto", dijo en voz alta. Cubrirse las espaldas significaba tener avisado a alguien, aunque obviamente sin dar detalles. En el contestador automático de su amiga dejó la dirección del lugar donde iba a estar. "Es por si no me localizaras. Llámame mañana". El mensaje despertaba bastante curiosidad, pero tampoco quiso pensar más en eso.
    
    Se bañó, se vistió en su estilo, con un jean y una blusa, y llamó a un taxi para que la llevara a su cita. Llegó a las cinco en punto y la puerta del portal estaba abierta. Pensó si llamar o subir directamente, e hizo esto último. Cuando se vio ante la puerta del piso le entró el pánico y le temblaron las piernas. No pudo echarse atrás, porque en ese mismo momento se abrió la ...
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