Compartiendo a mi novia 8. El botellón - Relatos Eróticos

Compartiendo a mi novia 8. El botellón

... el, pero no aguantaba más y me quite, acerqué mi polla y comencé a follarmela.

Primero me la folle yo encima de ella, en la posición del misionero, ella me agarraba con sus piernas y me arañaba con sus uñas mi espalda, después la saqué, la coloque en la orilla de la cama, coloque sus piernas sobre mis hombres y se la metí así, metiendola hasta el fondo y con fuerza.

Ángela gritaba pidiendo más y más, y yo lo cumplía, no deje de follarmela, notando que se corría unas cuantas veces, hasta que yo note que me corría y lo hice sobre su tripa y sus tetas.

Habían pasado unos 30 minutos, y mire el móvil.

-C: Me he quedado en la habitación de Antonio, el que quiera pasa y se la chupo o me folla. Ya han venido 2. Te iré contando. -Me escribió.

Ayude a Angela a limpiarse y después nos quedamos los 2 tumbados viendo la tele, aún seguíamos desnudos y ella se abrazó a mi.

Sin darnos cuenta nos quedamos dormidos durante 1 hora, y ya decidí ir a mi casa, me despedí de Ángela y me fui.

No tuve noticias de Cristina, yo cene con mis padres tranquilamente y acabé yéndome a dormir, me desperte a eso de las 9 y tenía un mensaje de Cristina a las 7.

-C: Ya me he ido a mi casa, en total han sido unos 10 los que me Han follado y solo chupar 3 o 4, pero varios han repetido.

Aquí os cuenta Cristina lo que paso:

Yo llegué a casa de Antonio, me recibieron todos con 2 besos y lo felicité, el me llevó a su habitación y me explicó.

-Antonio: Toma, aquí tienes el dinero que habíamos acordado, tu quedate aquí y el que quiera contigo irá viniendo, cuando acabemos te vas.

Yo asentí, Antonio cerro la puerta y se fue, yo decidí quedarme desnuda ya que hacía calor y deje los condones y el lubricante a mano.

El primero en entrar fue a los 10 minutos, y solo quería una mamada que hice agusto. Poco a poco fueron viniendo de uno en uno y a veces venían 2, a los que dejaba follarme cada uno por sitio.

Fueron horas interrumpidas de folladas por ambos agujeros y mamadas, que recibí con mucho gusto, pero la última de todas fue la que más me impacto.

Apareció Antonio y un amigo suyo que nunca había visto, era más mayor, tendría 30 años.

-Antonio: Este es mi camello.

Era un hombre de etnia mora, muy alto y fuerte, que me miraba con mucho deseo.

Antonio lo dejo, y el hombre se quitó los pantalones, Dios mio.

Sacó una impresionante polla, no muy larga pero muy ancha, la más gorda que había visto en mi vida, era como mi puño.

El no dijo nada, yo estaba boca abajo en la cama, el se coloco encima y arrimo su polla a mi ano. Dios me lo va a romper pensé.

Empezó a meterla y notaba como mi ano se abría aún más de lo que se había habierto ese día, y note como pasaba entera, haciéndome daño.

-C: Cuidado por favor, duele. -Le dije al hombre.

El no dijo nada, y empezó a follarme súper fuerte, el dolor no se iba y no pude soltar unas lágrimas, pero el daño empezó a convertirse en placer.

Seguía notando como ese animal me rompía el culo, ...