Castigada en la granja de mi tío (2) - Relatos Eróticos

Castigada en la granja de mi tío (2)

Por la noche, Eva se dirigía al establo donde las vacas descansaban. Su tío la había citado allí luego de aquel encuentro en la sala.

Iba con una blusa de dormir, sin su corpiño como se le había ordenado. Entró al lugar con curiosidad viendo a su tío limpiando la maquina que usaban para ordeñar.

—Ya estoy aquí, tío.

—Oh, Evita que bueno que llegas. Mira, tengo algo para ti.

Dijo mostrandole dos ventosas parecidas a las que sd usaban en las ubres de las vacas.

—Hace años inventé esto para acomodarlo en las ubres de tu tía. Ella lactaba como loca durante la noche y yo creo que eres igual.

—Y-yo, sí tío, pero...

—No te preocupes, no va a doler y esa leche solo la tomaré yo.

Dijo acercándose y levantando ka blusa de la chica para ver ese dar de tetitas que volvían a estar hinchadas.

Chupó ambas con brevedad antes de plantar ambas ventosas en aquellos pezones rosados.

Se separó de la chica para encender la succión.

La chica comenzó a gemir despacio apenas empezó. No se sentía muy distinto a la boca de su tío chupando de sus pezones.

—T-tío~ ah~

Gemia la chica arodillandose sobre el heno de aquel establo al sentir sus piernas débiles.

Gemia tanto que parecía otra vaca más del establo que estaba siendo ordeñada.

—Mírate nada más, pareces una vaca lechera... aunque yo diría ternera ¿juhm? Una diminuta ternura lechera.

Dijo el hombre de brazos cruzados. Acercandose de nuevo a su sobrinita, un bulto crecía en sus pantalones vaqueros. No era de extrañar, era una joven chica que estaba produciendo leche solo para él y gemía llamándolo.

—Tú también mereces tener leche ¿verdad? Las terneras toman leche también.

Sobó aquel bulto contra la mejilla de la nena. Era prominente igual que todo su cuerpo.

—Tu mami me dijo que eras toda una putita. ¿Quieres ser la ternera putita lechera de tu tío?~

Dijo con diversión acariciando el cabello de la chica mientras seguía restregando su entrepierna en su rostro.

La chica solo asintió con avidez. Desde que llegó que no había probado una buena polla. Se había hecho adicta luego de probarla por primera vez.

Su tío no se hizo de rogar. Bajó su cierre y metió su mano dentro de su ropa para sacar una gruesa y morena polla totalmente erguida.

—Vamos, ven por tu leche.

La chica se sujetó de las piernas de su tío. Llevando a su boca esa polla de una vez.

Chupó la punta con adoración mientras que con su mano derecha masajeaba de arriba a abajo.

—Abre tu boca y saca esa lengua, ternerita.

Dijo el hombre, viendo a la chica seguir sus ordenes a la perfección.

Como buen hombre rural, el hombre lanzó un gran escupitajo a la boca de la chica, acertando completamente. Y luego tomo su polla para guiarla a la boca joven. Embistió hasta la garganta y salió nuevamente.

Repitió dos veces más antes de comenzar a follar su boca de lleno, entrando una y otra vez con rapidez.

—Oh~, sabes chuparla muy bien. Creo que esta ternerita de verdad quiere ...