1. Isabel, te follaba una y otra vez


    Fecha: 20/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos

    ... portando una de esas bolsas negras opacas. Quién sabe, Carlos no era del lugar y no era del mundillo de los sex-shops pero le gustaba montarse sus películas mentales para entretenerse mientras caminaba de vuelta al hotel. Al perfecto hotel.
    
    El día comenzó con el horrible sonido de la alarma del móvil. Esa puñetera alarma era lo peor de cada mañana. Años atrás Carlos cometió la imprudencia de poner como alarma una canción que le gustaba, craso error pues aprendió por las malas que esa era la mejor forma de conseguir despreciar una canción otrora buena para él. Pero de los errores aprende uno, así que ahora se cuidaba de que la música del despertador fuese una melodía que nadie usase para llamadas ni nada, no quería estar en la calle o donde fuese y escuchar la endiablada melodía que cada mañana le arrancaba de su bendito y tranquilo sueño.
    
    Carlos tenía un arma secreta para no sufrir demasiado los efectos del despertar forzado, dormir con la persiana subida. Años atrás se había acostumbrado a dormir con la luz del sol dándole directamente, donde vivía no existían las persianas y era acostumbrarse o morir, desde entonces era capaz de dormir con el sol dándole directamente. Cuando el sol salía y le daba en la cara, el sueño se volvía más ligero y le resultaba muy fácil despertarse cuando sonaba la alarma. Todo el mundo le llamaba loco por dormir con tanta luz, pero el prefería verse como un visionario. Como fuera, ese día se había despertado con bastante sueño, más del habitual.
    
    Me cago en la puta madre de Electrión, de Ares, del chivato de Helios, de la puta Afrodita y de la madre que parió a los gallos y los despertadores de los cojones. Carlos se levantó renqueante de la cama y se dispuso a comenzar el día. Ese día le tocaba un par de conferencias a las que asistir. Tenía pocas, por no decir ninguna, ganas de ir… pero el trabajo conlleva obligaciones. Al menos no tenía que salir del hotel, estaba todo cerca.
    
    Se duchó, se vistió, se colgó la mochila a la espalda y recorrió los perfectos pasillos y las perfectas escaleras para llegar al perfecto buffet desayuno. Como buen español que se precie, enfiló el desayuno con la idea de hacer perder dinero al hotel con la cantidad de desayuno que comería. En su puta vida había tomado él salchichas, o huevos para desayunar; ni mucho menos había comido eso tras tomarse un bol de cereales, pero los buffets desayunos estaban para probar cosas nuevas y arrasar con todo. Llenó el estómago hasta temer que el ombligo se diese la vuelta, reposó unos minutos, fue al baño a descargar gran parte del líquido que ya iba siendo procesado por sus riñones y se dirigió a la sala de conferencias.
    
    Tú verás la de veces que voy a tener que salir a mear durante la conferencia. No veas que atracón me he dado. Innecesario, pero obligatorio, los buffets tienen unas normas y hay que cumplirlas. A comer como un refugiado.
    
    La conferencia fue avanzando lenta y tediosa. El móvil cada vez presentaba más entretenimiento no ...
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