1. Dia del Padre (Jornada Electoral 2)


    Fecha: 19/06/2024, Categorías: Anal Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... era excepcionalmente real. Pero lo que fue aún más sorprendente fue lo realista que se sentía. Los consoladores que había visto estaban hechos de goma, plástico o silicona. Pero éste, ahora estaba segura, estaba hecho de cuero. Y es por eso que se sentía tan vívidamente. Ahora movió mi mano hacia un segundo consolador, incluso más largo y grueso que el primero. Y luego a un tercero, este asombrosamente grande, tan grueso como mi muñeca, casi tan largo como mi antebrazo, supuse.
    
    Abofeteó más lubricante entre mis nalgas, lentamente sobre la superficie de mi culo, luego forzando más adentro. Esperé con la más aguda anticipación. Mi culo ya había sido objeto de una extensa intrusión y sondeo. Allí me beso y lamio, toco. me habían cogido. Pero ahora, al parecer, mi resistencia estaba a punto de ser probadas aún más severamente.
    
    Cesar: "Ahora Tu culo es mío, Elena", en un tono firme y mesurado.
    
    Y entonces lo sentí presionando la punta del primer dildo de cuero contra mí ya ejercitado ano. Siguió adelante mientras yo me rendía, me rendía alegremente, a esta próxima intrusión. No solo forzó consolador dentro de mí, sino que lo introdujo con un movimiento de sacacorchos, centímetro a centímetro. Mi ano, estaba vívidamente estirado y lo imaginé la vista de mi anillo anal agarrando al intruso.
    
    Cesar: "Ya Puedes tocarte, perra".
    
    Ansiosamente llevé un dedo a mi clítoris rígido e hinchado.
    
    Empujó más y más profundo hasta que pude sentir las bolas de cuero al final del cilindro presionando contra mis nalgas, la longitud total del eje ahora alojada en mi recto. Y ahora, con un movimiento alternado en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario a las agujas del reloj, retorció la polla de cuero dentro de mí. La sensación fue sublime, mis membranas internas vibraban ante la exquisita presión. Esto era algo que ningún gallo podía lograr con su movimiento de entrada y salida. Y era algo que sería difícil de lograr por mi misma. No, para este tipo especial de estimulación necesitaba la mano de otro, su mano.
    
    Me fornico con el dildo mientras yo rasgueaba mi clítoris con creciente febrilidad. Luego, una vez más, puso fin a mi autoestimulación cuando parecía que estaba cerca del borde. Y sacó el consolador.
    
    Repitió todo esto con el segundo consolador, más grueso y más largo.
    
    Finalmente, se preparó para usar el tercero en mí. Una vez más, me dejó acariciarlo, queriendo que asimilara las asombrosas dimensiones de esta enorme sonda. Me maravilló la barbaridad de sus dimensiones. Cierto, yo no era una santa ni inexperta en el sexo anal bien practicado, pero este instrumento estaba mucho más allá de cualquier cosa que hubiera imaginado para sondear mi culito. Pero yo estaba hipnotizada y esclavizada. Tal como lo expresó tan simple y correctamente, mi culo en ese instante ya no me pertenecía ahora era "suyo", y cualquier cosa que deseara hacer con mi culo, cómo quisiera sondearlo, lo que fuera que intentara insertar en él, esa era ...
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