1. La secretaria ideal


    Fecha: 18/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: AngelEros, Fuente: SexoSinTabues30

    Soy secretaria y la putita de mi jefe. Por lo general, él es quien manda, pero a veces, me gusta tomar el control y demostrarle que su rabo me pertenece. Si sabes cómo dar a un hombre lo qué mas desea, si sabes como comerle la polla hasta exprimirle la última gota de semen, entonces ese macho es tuyo.
    
    Solemos quedarnos hasta tarde en la oficina. Mi jefe es adicto al trabajo y muchos días tengo que «rescatarle» de sus prestaciones en PowerPoint y sus hojas de cálculo. Siempre visto de forma provocativa, tengo un bonito cuerpo y me encanta exhibirlo. Antes de entrar a su despacho suelo llamar a su extensión. β€”β€œCariño, estamos solos, si no ordenas nada más, voy a ponerme cachonda mirado porno en Internet, y cuando esté a punto, voy a entrar para que me folles y me hagas correr rápido con tu verga. Y continuo con un mohín –Sé que estás muy ocupado y no quiero tomarte mucho tiempo.– Siempre está de acuerdo, es muy comprensivo.
    
    Tal como le dicho, me quito las bragas y empiezo a pajearme hasta estar completamente encharcada. Mi jefe tiene un buen tronco, así que es mejor presentarme bien lubricada. Cuando estoy lista, llamo a la puerta de su despacho y entro. Él me suele recibir con su miembro en erección, normalmente ya fuera del pantalón.
    
    –¡Hola cabronazo!, estoy ardiendo. Necesito cabalgarte hasta venirme y que te corras dentro de mi.β€” Le digo justo antes de subirme en su cipote al tiempo que abrazamos nuestras lenguas.
    
    Ese primer polvo es una locura. Una jodida competición por ver quién se viene antes. Salto sobre esa picha de forma frenética, si bajo el ritmo, él se encarga de llevarme en volandas a golpe de pollazo. A los pocos minutos estamos a punto de alcanzar el climax.
    
    –¡Eres una hija de puta, te encanta ponerme a mil y que te rompa el coño! ¡ME VOY A VENIR, CABRONA!!!– Anuncia mi jefe completamente enloquecido. Ha pasado el punto de no retorno y ya no puede parar de bombear. –¡DAME TU LECHE, JODER! ¡Échala toda dentro! Hoy no he tomado la píldora y me vas preñar seguro. ¡TE VOY A DAR UN PUTO HIJO, CABRÓN! ¡TE VOY A JODER LA VIDA! ¡Lléname, LLÉNAME YA… AAAAAARRRGGHHHHH!!!!!!!– Suelo jugar con su mente para que descargue mejor. Los hombres de cierta edad se corren mejor cuando sienten que van a cumplir con su deber biológico.
    
    Solemos alcanzar ese primer orgasmo juntos, y es normal que sea tan intenso que los dos acabemos exhaustos, incapaces de movernos por unos minutos, yo sentada sobre él, todavía empalada por su mástil que va perdiendo consistencia dentro de mi vagina.
    
    Dependiendo del trabajo o de los compromisos familiares, podemos tumbarnos en el suelo de moqueta para seguir con otros juegos, o vestirnos y marcharnos, cada uno a su respectiva casa. Es una rutina casi diaria. Joder con mi jefe es uno de los incentivos en mi trabajo. 
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