1. Mi amo me prostituye 7


    Fecha: 10/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rabolechero, Fuente: TodoRelatos

    Una vez los vagabundos se marcharon, yo estaba llena de semen y orina, pero estaba cachonda perdida, así que una vez salí de la ducha fui al salón y empecé a pajearme.
    
    Estaba mojado sima y estaba metiéndome dos dedos en mi coño follandome como una puerca, estaba tan excitada que no escuché la puerta cuando entro mi amo.
    
    Al verme me ordenó parar y me dijo quién me había dado permiso para tocarme que era una perra mala y debía ser castigada.
    
    Me coloco sobre sus rodillas y sujetándome mis manos con una suya comenzó a azotarme el culo con saña, debía tenerlo rojo cuando paro porque ya le dolía la mano, pero en vez de soltarme cogió uno de sus zapatos y siguió azotandome con el.
    
    Mientras me castigaba, me dijo que esa noche el no saldría que había quedado con la chica de ayer en que subía directamente. Me dijo que era toda una guarra y que le encantaba follar, aquello me puso triste porque no me consideraba digna de ser usada por el pero en el fondo lo comprendía.
    
    También me dijo que yo debería ir a los bares a exigirme y dejarme usar por todos los que quisieran pero deberían usar condón y llevarselos a el para ver cuánto macho me había usado, y evidentemente que si alguno deseaba mear debía ofrecer mi boca.
    
    Cuando se cansó de azotarme me ordenó limpiar los baños cómo ya dabiaywue estaba claro que me gustaba usar la lengua de furcia, aquello me puso roja como un tomate además de que me encontraba cachonda perdida.
    
    Una vez comimos, yo en los platos de perro la comida de perros y su rica meada, además de comida que s veces tiraba al suelo, la cual recogía rauda, me dejó recogiendolo todo mientras el se echaba en la cama.
    
    Una vez dejé todo limpio, me dirigí a la habitación, allí encontré a mi señor haciéndose una paja con un tanga de mi hermana, mientras el acababa yo me quedé arrodillada a un lado de la cama. Cuando se hubo corrido, me dijo que aún olía al coño de la puta de mi hermana y que tenía que usarla tarde o temprano como a mí. Tras sacar una cuna de perros en la que me tumbe y meter el tanga de mi hermana en mi coño me ordenó dormirme mientras el dormís en la cama.
    
    Allí tumbada pensé en todo lo que había pasado desde que había conocido a aquel hombre, lo mal que me trataba lo que me hacía hacer y a pesar de todo le quería y adoraba, me encantaba ser su perra y su puta y poder serle de utilidad 
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