1. Un despiste me condujo a mi sumisión (16)


    Fecha: 03/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: slave10, Fuente: TodoRelatos

    El resto de la tarde pasó sin más, yo amarrado a la argolla del suelo y ellos hablando sobre sus experiencias y sus futuros deseos y proyectos. En medio de todo esto fueron numerosas las Dóminas y parejas que se interesaron por mi condición y posibles alquileres de mi.
    
    Mis Amas me dejaron allí, en el reservado, mientras se cambiaban. Cuando regresaron me trajeron mi vestimenta también.
    
    Todos se abrazaron y se dieron besos. Para mi solo hubo unos escupitajos en mi boca que agradecí gustosamente mientras los tragaba y besaba sus pies.
    
    Al cabo de un rato llegamos a casa. Mis Amas estaban muy cansadas y se dirigieron directamente al dormitorio. Me mandaron desnudarme y aguardarles.
    
    Mientras acompañaba a mi Ama Carmen, Merche se quedó desnudándose.
    
    Me tumbé boca arriba y coloqué mis manos para que pudiera sentarse sobre ellas. Abrí mi boca y la pegué a su coño con el fin de no desperdiciar ni una sola gota de su orina.
    
    El coño de Carmen comenzó a destilar unas gotas que se convirtieron en un chorro intenso de orina. Lo tragué todo. Ella se levantó y se marchó hacia el dormitorio a ponerse el camisón. Yo permanecí en la misma posición ya que oí que mi Ama Merche tenía también que orinar.
    
    Adopté la postura que me había dicho para que Merche se sentara sobre mi.
    
    Un sonoro peo lleno mi nariz. Olía de forma muy intensa, pero exquisita por ser de mi Ama. Este no fue el único. Siguieron varios más hasta que con un tirón de mi correa me mandó cambiar mi nariz por mi boca ya que la orina comenzó a manar de su coño.
    
    Así se quedaron durmiendo mientras yo no sabía que posición adoptar pues tenía muy dolorido mi culo por la follada que me había propinado el marido de Carmela.
    
    La noche me supo a poco pues al sentir como unos pies se posaban sobre mi cara abrí los ojos creyéndome que acababa de dormirme y no que habían pasado ya algunas horas.
    
    Con los ojos casi cerrados y arrastrándome a cuatro patas fui tras Ella hasta el baño. Allí cogí el embudo y tumbándome en el suelo lo introduje en mi boca y lo puse entre sus piernas esperando que me saciara con su orina.
    
    El embudo se fue llenando con el chorro de su orina y mi boca no paraba de tragar sin más. Al cabo de unos minutos el embudo se vació en mi boca, lo saqué dejándolo en el bidé y con mi lengua le limpié y sequé su coño de los restos de orina.
    
    Tiró de la correa hasta llegar a la cama y acostarse, dejándome a sus pies. Conseguí coger el sueño nuevamente hasta que la luz de la mañana me despertó. Me incorporé para besar los pies de mis Amas debajo de las sábanas. Así estaba cuando escuché como se unían las dos y los besos y abrazos cobraron protagonismo.
    
    Sus pies calientes y sudados de toda la noche suponían un manjar para mi. Mi lengua iba recorriendo uno a uno sus dedos deteniéndome en los huecos entre ellos ya que allí el sabor del sudor era más intenso y sabroso.
    
    - Sigue, sigue lamiéndonos los pies. Lo haces de maravilla.
    
    Mi boca se iba llenando de sabores y ...
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