1. La Reunión (3)


    Fecha: 30/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Arfridio, Fuente: TodoRelatos

    Zorra te levantó la cabeza, tirando de tu pelo hacia atrás, mientras permanecías inmóvil mirándome fijamente a los ojos. Te sentías humillada por el trato que recibías por mi parte. Te había relegado a estar sometida por tu madre.
    
    Pasado un minuto, le ordene a Zorra mantenerte así, mientras le ordene lamiera tus heridas.
    
    - Bien Princesa, colócate sobre la mesa boca abajo y separa las piernas todo lo que puedas. Vas a ser mi entretenimiento y el de más personas durante un rato. Zorra ata bien a tu hija, no quiero que se mueva.
    
    Zorra se agachó para atar tus tobillos a las patas de la mesa, momento que aproveché para castigarla con sendos latigazos por mero placer. Sentiste como se agarraba a ti, por el dolor la sorpresa y el placer, fruto del contacto de ambos cueros.
    
    - Humedécela, lamela bien, quiero ver un verdadero espectáculo lésbico madre-hija. Muérdele, azótale, fállatela, rómpele el culo, haz con ella lo que te plazca, hazme disfrutar, quiero ver tus instintos más salvajes, úsala, es el momento para que recuerdes tus emociones cuando te vio en el despacho, pero terminantemente prohibido que se corra.
    
    Permaneciste inmóvil junto a Princesa, sin saber muy bien que hacer. Un mar de dudas asaltaba tu mente, por un lado, era tu hija y no querías hacer nada de eso. Por otro lado, querías complacerme completamente a costa de lo que hiciese falta, sabías que querías ser mi favorita, desbancar a tu hija de su situación privilegiada y poder dominarla.
    
    - ¿No me has oído, Zorra? ¿te atreves a desobedecerme?
    
    Tus pechos fueron castigados con el cinturón de cuero que tenía junto a mí. Recibiste 20 correazos en cada pecho, lo que te produjo una sensación de dolor y placer. No sabías como aquello podía ser posible, la mezcla de dolor y placer. Tus Pezones estaban erectos como piedras, y muy sensibles. Las marcas que se veían en tus pechos, te hacían muy deseable.
    
    - Acerca tus pezones a Princesa, y que te los muerda. Ella seguro que no va a dudar por un momento. Así aprenderás.
    
    [...] Princesa te mordía los pezones, lamía tus pechos y te insultaba, te escupía a la cara sin importarle lo más mínimo si te dolía o no, o como te sentirías. Sabía que aquello era una prueba para las dos y no estaba dispuesta a perder. Tú querías que aquello acabase pronto, pues estabas decidida a usar a tu hija sin importarte lo más mínimo lo que sintiera. La competición por ser la favorita había empezado.
    
    En cuclillas, con tus pechos en la cara de Princesa, recibiste 20 latigazos más en tu espalda, la cual iba enrojeciendo a cada latigazo y dejando tu espalda maravillosa a la vista. Te ardía, escocía, las finas líneas marcadas por el látigo, Princesa intentando hacerte sufrir todo lo que podía, empezaba a mostrarme el espectáculo que deseaba.
    
    Coje esto y mastúrbate, te acerque un masajeador de clítoris.
    
    - Mantendrás esa postura y te masturbaras hasta que te de permiso para correrte.
    
    Tu excitación iba en aumento y sabías que no ibas a durar ...
«12»