1. PUDIERON MAS LAS GANAS...


    Fecha: 10/05/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    PUDIERON MÁS LAS GANAS…
    
    Hay cosas o situaciones que para uno son tabú en su momento y muchas veces se piensa que nunca se podrán realizar, ya por respeto, ya por agüero o inclusive por convicción, pero a veces pueden más el deseo y la pasión y se termina por sucumbir ante las oportunidades, que como dicen por ahí, las pintan calvas…
    
    Eran las tres de la tarde aproximadamente. La luz refulgía por los vitrales de colores que adornan las ventanas de mi oficina. Si bien, me encontraba en vacaciones de fin de año, había ido a mirar unos documentos que me habían llegado de otra localidad y que tenían que ver con las labores que desempeño como abogado en mi ciudad.
    
    El edificio se encontraba completamente vacío y en silencio total ante la ausencia de personas que laborasen por esos días. A través de los parlantes de mi computador se dejaba escuchar quedamente la quinta sinfonía de Beethoven mientras que por los resquicios de la ventana se escuchaba el leve sonido de los carros que circulaban por la avenida.
    
    Mi mujer me había llamado hacía unos 15 minutos informándome que iba a recogerme para que nos fuéramos juntos para la casa… Como casi todos los días, mientras escuchaba la música, ingresé a la página de Guía Cereza y me di a la tarea de leer algunos relatos mientras llegaba mi mujer. Leí “La lamparita de los deseos” y mi piel sufrió algún escalofrío; continué con “Con la luz apagada eso no se ve…” y comencé a sentir algo que se encendía en mi ser; continué con la lectura y leí de corrido “Las ganas que me despiertas” y guauuuu, mi pene comenzaba a inflarse; concluí la lectura con “La inocente roquera de décimo grado” y fue un total acabose… ¡¡¡Parolera total!!!
    
    Estaba tan caliente y mi vástago tan tieso que me dije: “¿Ahora quién pagará los platos rotos?”
    
    Como respuesta a mis pensamientos, sonó el citófono. Era mi mujer que llegaba a recogerme. Una idea cruzó fugaz por mi cabeza. Claro, pensé, ella será…
    
    ¿Ella?
    
    Yo siempre había sostenido que la oficina es un lugar sagrado y que no es de buen agüero tener faenas sexuales en ella ya que eso “trae la mala suerte” y se frenan los negocios que ya están en curso o no llegan nuevos procesos.
    
    Pero con esta parolera que tenía, quien se aguantaba.
    
    Oprimí el botón que abre la puerta y mi mujer accedió al interior del edificio e instantes después ingresaba a mi oficina.
    
    ¡Que linda estaba!
    
    Venía enfundada en un leggins negro completamente ceñido al cuerpo que permitía que se notara la redondez de sus caderas, lo parado de su culo y por la parte delantera asomaba un delicioso monte de Venus partidito levemente por toda la mitad…
    
    Uffff, y yo con esta arrechera que tenía luego de leer los relatos de Guía y mirar algunos perfiles.
    
    Completaba su vestimenta una blusita morada con algún encaje y con un delicioso escote que dejaba ver el nacimiento de sus deliciosos senos. Sus pies los vestían unas sandalias negras con correítas del mismo color. Su frondosa cabellera negra caía en ...
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