1. Venganzas


    Fecha: 10/05/2024, Categorías: Gays Autor: Thotem, Fuente: CuentoRelatos

    Aún me acuerdo que ese día, allí en la cama, de mañana y fumando el cigarrillo pensaba en el encargo que había recibido esa mañana. Confuso y excitado en cierta manera la noche anterior había salido y no me fue difícil simpatizar, por decir algo, con el afeminado bobalicón con pintas de mamarracha charlatana; su tono melindroso y apocado me daban nauseas, pero era uno de los culos jóvenes que tenía pendientes.
    
    Tras una no muy extensa charla cargante empezó a interesarme ese pelo teñido de rubio, cara limpia y enjuto de complexión. Acompañaba su verborrea con ademanes exagerados y movía su pequeño culo como una campana. No tarde en levantármelo del local y al poco rato ya nos comíamos la boca en la calle mientras nos dirigíamos a mi buhardilla tres calles más abajo. Obvia decir que una vez allí me lo cepillé con ganas. Empezamos con un 69, era manejable y frágil, no podía abarcar mi miembro, en cambio yo al suyo lo engullía sin problemas. Estando a cuatro patas parecía una pequeña gacela y pude observar que su culo tenía un buen conducto, por lo que basto con comerle el culo y algo de vaselina. Lo empotré con ganas, en cada bombeo sus nalgas parecían latir. Vacié dentro, el por su parte lefó con ganas.
    
    Volviendo a mis pensamientos, esa misma mañana pensé en el encargo que me habían dado. Era una cuestión de principios para la comunidad Gay ya que el personaje que me habían asignado para dar un escarmiento no había escatimado en desprecios e incluso en temas financieros. De casta le venía al galgo, su padre, que estaba agonizando en el hospital ya lo había inculcado ese odio déspota. La verdad es que le tenía ganas, siempre con su porte autoritario, paseando la soberbia. Recuerdo que cuando solía cruzarme con él en alguna calle me miraba y escupía en el suelo. Elegante, deportista en su madurez parecía mucho más joven.
    
    Mi paso por el reformatorio 20 años atrás me había enseñado a defenderme, sabía esperar el momento oportuno y aprovechar. Siempre he sido fortachón y mi estatura alta ha merecido respeto. Demasiadas emociones me solicitaban en ese momento y ya estaba planteándome el encuentro y posterior represalia. El azar quiso que el fallecimiento del padre del personaje dejara paso a la alteración de los acontecimientos. Tras el trámite de la sepultura y haber hecho los posteriores tramites del dinero del progenitor estaba iniciando su éxodo hacía otro continente.
    
    La maquinaria ya estaba en marcha, me había dado tiempo de organizar un grupo. Desde el otro coche me informaron de la llegada inminente del coche del susodicho personaje en cuestión. Era en las afueras, al término de la localidad y al principio de la autopista. Coloqué el coche en medio de la vieja carretera y vi como venía de frente y tuvo que frenar, nos cruzamos las miradas hasta el fondo de nuestros ojos; intentó dar marcha atrás, era tarde, el grupo estaba tras él. Salió precipitado del coche con aire desafiante. Al ser cogido por los compañeros opuso fuerte ...
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