1. Mi mujer me pone un cinturón de castidad


    Fecha: 08/05/2024, Categorías: Gays Autor: Qurioson, Fuente: CuentoRelatos

    Acabo de contarles como mi mujer Alicia, descubrió mi gusto por los hombres, paradójicamente una de sus fantasías era hacerme coger por un tipo, rápidamente consiguió un pibe joven que se prestó a acostarse con nosotros en un trío bisexual, ella le propuso que me haga el culo a mi y luego ella se dejaba coger.
    
    Esa misma noche el trato de ella hacia mí, cambio totalmente, comenzó a humillarme, que era uno de mis temores cuando acepté el juego, sabía que iba a perderme totalmente el respeto.
    
    Al otro día me fui a trabajar y cuando llegué a la noche, después de cenar, me dijo que tenía algunas sorpresas para mi.
    
    No me pidió, me ordenó que fuera al dormitorio y la espere desnudo y de rodillas en el piso del cuarto…
    
    Me dejó esperando arrodillado mientras se fue a dar una ducha, no me animé a desobedecerle y espere ansioso que entre a la habitación.
    
    Finalmente vino envuelta en un toallón y se lo quitó ante mis ojos, la miré y me dio un cachetazo en la cara
    
    - yo no te di permiso para que me mires inútil, baja la vista y mira al piso, voy a tener que domesticarte como a un perro -
    
    Mire hacia abajo y no entendía bien que quería, y siguió hablando...
    
    - a partir de ahora, vos no sos más, ni mi marido, ni mi pareja, ahora sos mi perro, mi esclavo, mi puto y vas a tener que aprender a obedecerme, y nada de querer cogerme, ahora tus únicos órganos sexuales son tu culo, para hacerte coger y tu lengua para chupar mi concha, ¿entiende el marica?
    
    - Si
    
    - ¿ si que ? Imbécil
    
    - si Ama
    
    - bien, empezamos a entendernos
    
    La verdad que yo no me esperaba esto, entendía que mi imagen para ella había cambiado al dejarme coger por un tipo, pero no creí que me iba a convertir en su esclavo, si bien yo tenía una clara tendencia sumisa, al principio me sentía descolocado, luego comprendí la razón de todo esto y me fui adaptando y de a poco comencé a experimentar una especie de placer al ser despreciado por mi mujer o mejor dicho por mi Ama.
    
    Lo que sucedió en ese momento, contribuyó enormemente a sentirme inferior, primero me coloco unas esposas inmovilizando mis manos, yo no levantaba la vista por temor a recibir otro cachetazo, pero la turra se paseaba desnuda delante mío, y a pesar de que era oficialmente un puto, me seguía gustando como mujer, en el fondo yo, desde el momento que la conocí fui bisex, en realidad ella era la única mujer que había tenido y poseído, fuera de mi relación con ella, yo prefería claramente estar con hombres, por eso me consideraba homo, que se yo, un caso definitivamente de diván.
    
    Después de colocarme las esposas, sacó otro aparatito, una jaula para mi pequeño pene, eran como unos anillos que rodeaban mi pijita, y no iban a permitirme penetrarla en el hipotético caso que ella lo permita, igual ya me había dejado claro que no iba a cogerla nunca más.
    
    Esa cosa se supone que sirve para que no pueda tener una erección muy pronunciada, un poquito de lugar me dejaba, primero porque mi porquería, como ella la ...
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