1. La mejor medicina


    Fecha: 03/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: alirongo, Fuente: CuentoRelatos

    Este relato sucedió hace unos meses, estando en el hospital visitando a un familiar, en la misma habitación estaba una señora de 63 años muy bien llevados, morena con alguna canas que le hacían más interesante, se llamaba Carmen, me extraño que nadie venia visitarla, la iban operar de la rodilla, así que estaría unos cuantos días en el hospital, desde el primer momento se mostró muy abierta y enseguida comenzamos a conversar, supe entonces que era divorciada y que sus hijos estaban fuera del país, me ofrecí ayudar en lo que pudiera, cosa que agradeció mucho.
    
    A los pocos días dieron de alta a mi familiar, pero seguí acudiendo al hospital a visitarla, pronto comenzaron los ejercicios de rehabilitación con las muletas, yo me ponía detrás de ella para que fuera cogiendo confianza, le tomaba de la cintura para que se sintiera segura y los primero roces con su culo me excitaron cosa que notó y puede comprobar que a ella también le gustaba, pues deliberadamente lo ponía de tal forma que era imposible que no chocaran, estuvimos varios días de ejercicios, ya se manejaba bien pero insistía a que le acompañara los roces eran más prolongados y sensuales, aprovechaba cualquier ocasión para mostrar sus deseos, cuando le ayudaba a levantarse o acostarse me mostraba sin reparo su chocho rasurado y su culo sabiendo que me ponía a mil.
    
    Un día estando solos en la habitación me pido que me acercara y sin tiempo a reaccionar saco mi polla y comenzó a pajearla y a chupar como una posesa y me dijo esta es la mejor medicina que necesito papi.
    
    Y me hizo una mamada espectacular se bebió hasta la última gota, estaba tan sorprendido que no me atreví a continuar lo que Carmen había empezado, cuando quise reaccionar ya no pude pues entraron a una nueva paciente en la habitación y con voz susurrante me dijo: Me debes una.
    
    El día que le dieron el alta me ofrecí para llevarla a su casa, se alegró mucho y me dio un besazo tremendo, ya en el coche le faltó tiempo para de nuevo tomar su medicina, menos mal que el hospital estaba un poco retirado y pude parar en una zona con poca circulación nada más detener el auto tenía la polla bien empalmada y la muy zorra enganchada a ella como si le fuera la vida y hasta que no me saco toda la leche no paró. Todavía con leche en la boca, me ofreció su coño que estaba calentito, abultado y rosado de buen tamaño ideal para comérselo sin dejar ni solo pliegue de saborear, metí la lengua hasta encontrar su botoncito sedoso y duro y comenzó a gemir y hundir mi cabeza en su chocho que pronto comenzó a humedecerse, a pesar de su lesión en la rodilla comenzó a retorcerse hasta llegar a un orgasmo descomunal.
    
    Después de tranquilizarnos llegamos a su casa, nada más cerrar la puerta fui yo el que tomo la iniciativa, le quite las muletas y la tumbe en un sofá del salón, le quite la camisa y la falda y la deje desnuda para poderla contemplar en todo su esplendor, sus tetas eran medianas con unos pezones marrones como el café, los comencé a ...
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