Gimnasio caliente 2.0 - Relatos Eróticos

Gimnasio caliente 2.0

Llego el martes. Sandra no sabía porque, pero mientras más pasaba el tiempo, más ansiosa se ponía.

Julián sabía a lo que iba, la rutina iba a esperar un poco.

Llego al gimnasio y saludo a Sandra como siempre, casi indiferente. Ella necesitaba llamar su atención de alguna forma. Se sentía una tonta, una adolescente queriendo atraer a un pendejo 20 años menor que ella.

El entro despidiendo un perfume intenso y casi afrodisíaco. Sabía que le iba a gustar a Sandra.

Se dispuso a comenzar la rutina. Press plano con varios kilos encima, lo que hacía que sus musculosos brazos se marcaran aún más y su pecho y abdomen comenzaran a sudar.

Sandra estaba desesperada, sentía que se mojaba entre las piernas y que la misma humedad la excitaba aún más.

Julián notaba su agitación pero no quería hacer nada para impedirla....

Sandra pensó que era ahora o nunca, deseaba que ese chico la volviera a tocar, que la hiciera suya de nuevo. No quería que se fuera así nomás.

Subió su calza, haciendo que se le marcara aún más el culo, fue a dónde él, y se sentó en su pija, de espaldas. El dejo la barra en su lugar, se incorporó y comenzó a apretarle los pechos, mientras ella seguía frotando el culo en su verga que comenzaba a endurecerse y mucho.

Ella disfrutaba sus manos fuertes, su pecho mojado de sudor, su aliento caliente en sus orejas y su cuello. Gemia, gritaba, disfrutaba de cada caricia y cada beso.

Ambos eran muy sexuales, lo que le daba al momento otro sabor.

Julián la hizo bajar y ponerse de pie frente a él, bajo la calza y la tanga y empezó a tocar su clítoris, provocando en ella los primeros movimientos y gemidos por la excitación de sentirlo.

Sus dedos empezaron a penetrarla. Ella contra el espejo y una pierna sobre la barra, se movía para facilitar el ingreso a su vagina mojada. Con la otra mano subía la musculosa, dejando libres sus pechos enormes. Comenzó a chuparlos, morderlos, apretarlos.

Cuando ya no aguanto más, Sandra se acabó en su mano, llenando sus dedos de fluidos. Los llevo a la boca, y ella encantada lamió, chupo y sorbio todo.

Sin mucho preámbulo, la giro, dejando su pecho apoyado en el espejo. Volvió a subir su pierna a la barra, se agachó y empezó a lamerle el culo.

Sandra gemia desesperada, quería sentir la pija de Julián dentro suyo.

Él volvió a ponerse de pie, bajo los pantalones y dejo a la vista el miembro venoso y grueso que se disponía a penetrar su culo.

Al principio, con suavidad, se fue abriendo paso con la cabeza. Mientras iba entrando, apoyo su pecho en la espalda y le susurraba en el oído: "cómo me gustas Sandra, me volves loco"

Ella más se excitaba : "vos también me gustas pendejo, dale rompeme el culo!"

Julian, animado por el pedido de Sandra, entro de golpe y empezó a bombear frenéticamente hasta que se acabó, llenando su ano de líquido lechoso. Se puso de rodillas, limpio bien el culo de Sandra, aguantando el semen sin tragar en su boca, y de un beso, lo compartió con ...