1. La esposa del pastor (Parte 2)


    Fecha: 02/05/2024, Categorías: Confesiones Autor: thelonelyroom, Fuente: CuentoRelatos

    Desde aquel encuentro no he podido dormir. No puedo olvidar las caderas de Esther y sus piernas suaves. Aún conservo sus bragas bañadas de semen y jugos que todas las noches me he tocado con ellas.
    
    La próxima vez que nos vimos fue en otro día igual al que había pasado nuestra aventura, horas antes que las personas empezaran a llegar para el inicio del servicio.
    
    Estaba afuera esperando a que llegara. El tiempo me pareció eterno. No podía dejar de moverme en el estacionamiento.
    
    Cuando la vi llegar en su carro mi estómago de revolvió y mi corazón latió como si hubiera corrido 3 calles. Ella tenía la cara seria y me miro a los ojos. Bajo y se dirigió a mí.
    
    Estaba vestida como siempre, su falda abajo de las rodillas y una blusa de botones. Su cabello recogido y oliendo a coco.
    
    -Buenas tardes... como estas?
    
    Dijo
    
    -Muy bien... y usted?
    
    Le dije nerviosamente.
    
    -Muy bien...
    
    Justo cuando ella iba decir otra cosa la interrumpí.
    
    -No dejo de pensar en ti, en lo que paso.
    
    Dije muy apenas articulando mis palabras. Quería lanzarme contra ella y besarla.
    
    -De eso quería hablar. Lo que hicimos estuvo mal. Es pecado traicionar a mi esposo de esa manera y aun peor haciendo esto en la iglesia. No podemos seguir hablando.
    
    Ella continuó.
    
    En ese momento mi garganta se secó. Quería fruncir mis ojos y decirle de que habla. Pero lo único que hice fue aceptar con mi cabeza y agachar la mirada. Mire sus tacones negros y lo poco que se veían sus piernas pálidas asomándose de su falda.
    
    Ella dio vuelta y se dirigió hacia dentro de la iglesia.
    
    Quise detenerla del brazo pero no lo hice, pero seguí su paso y me dirigí detrás de ella.
    
    Vi como llego a las bancas y se sentó. Yo seguí caminando y me senté en las bancas.
    
    -Al menos te gusto, lo que paso?
    
    Dije silenciosamente.
    
    -Entiende que mi esposo ya no me... da la atención que me daba antes.
    
    Dijo detenidamente.
    
    -Acepto que fue un deseo muy fuerte de mi cuerpo tener a alguien que me quisiera de esa forma, pero no he podido dormir de la culpa, y no dejo de pensar en ti.
    
    Cuando dijo eso, mi pene se endureció, saber que anhelaba de mi y pensaba en lo que paso.
    
    -Te entiendo, quiero que sepas que lo que hice no fue de un solo momento, claro me gustas, pero mi deseo por ti es mas grande. Quiero sujetarte en mis brazos.
    
    Le dije.
    
    En ese momento ella levantó la cabeza y miro hacia mí. Sus ojos cansados de color café se enlazaron contra los míos. Observe sus labios que brillaban y me acerque a besarla. Ella hizo lo mismo.
    
    Nuestro beso duro unos segundos, sin lengua. Pero sus besos eran tiernos y apasionados, hace cuanto no los toca su esposo? Me pregunte a mi mismo.
    
    Ella me tomo las manos y me retiró.
    
    -Lamento que yo te hiciera esto.
    
    Ella dijo.
    
    -No hay nada que perdonar.
    
    Y seguí besándola.
    
    Cuando nos separamos, mi pene estaba tan duro que se veía con facilidad a través de mis pantalones. Y me pare.
    
    -Creo que seguiré con mis tareas.
    
    Le ...
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