1. El inquilino que nos mandó a todas


    Fecha: 02/05/2024, Categorías: Hetero Autor: Yatekuri, Fuente: SexoSinTabues30

    Recuerdo que a la casa llegó un señor buscando información sobre el letrero que había puesto mi madre en la ventana de la calle:»Se alquila pieza a Caballero».
    
    Mi madre, era una madre soltera y se ganaba la vida cosiendo ropa por encargo en su pequeña máquina negrita de pedal. Yo entonces era una niña que iba en tercero o cuarto de primaria. Altica y acuerpadita que apenas le despuntaban los pezones como pequeños bolones de chicle. Mi cabello era negro y corto al cuello, y mi tez clara. Muy parecida a mi madre que podía tener unos 30 años.
    
    Sentí el toque de la puerta ese sábado y corrí a mirar por la ventana y lo vi. Era un hombre alto y delgado pero no huesudo, más bien reyeno de cara aguileña y de grandes ojos verdes.
    
    -Hola nena, vengo por la habitación, ¿está tu mami?.
    
    Yo lo miré y era agradable su cara y sus gestos y el olor de su suave perfume, después supe que olía a Pachuli:»-Siii.»–Le contesté-.»¡Mami mami hay un señor buscando!».
    
    Mi madre salió corriendo con su traje de coser que era una bata enteriza sin mangas y no usaba sostén por los calores del verano. Se acomodó las gafas en la cabeza y el metro en el cuello y atendió al forastero:-«Si, tengo una pieza en el patio, pero no es independiente.»
    
    Él la miró de arriba a abajo, disimulando y picaramente; mi madre pareció no dar importancia por estar pendiente de su compromiso. Y lo invitó a entrar para que comprobará previamente la habitación.
    
    El hombre pasó la salita y las dos habitaciones unidas por un pasillo hasta el patio pequeño de cemento, qué al final se alzaba una tapia con un segundo piso, y abajo quedaba una especie de terraza donde estaba el lavadero de ropa y el baño para el inquilino.
    
    Mi madre señaló el altillo y la escalera de cemento sin barandas un poco empinada por el espacio. Y lo invitó a subir, él la miró y entonces ella subió primero, tomando con sus manos en lazo su traje para no dejarse ver. Él vio lo que intentaba y sonrió, pero ella seguía distraída. Yo bestia un pequeño short y una blusa sin mangas y la barriga afuera y estaba descalza. El visitante era elegante y su ropa bien alizada que parecía un agente viajero o vendedor de pólizas. Siguió a mi madre hasta la entrada y yo subí detrás de él. Me encantaba oír su voz era grave y pausada. Mi madre le señaló que estaba amoblada y era una habitación amplia con su closet, y la única falla era no tener baño, que estaba en la parte de abajo. Parece que le gustó y dijo que esa misma tarde se mudaría.
    
    Mi madre siguió con la costura y yo me fui a bañar. Estando en nuestro baño, tocaron la puerta y mi madre no escuchaba concentrada en su trabajo. Salí con una toalla y miré y era de nuevo él, sonriente con una maletín y una pequeña maleta. Le abrí y fui a buscar a mi madre, que se sorprendió con lo rápido de su regreso. Cuadraron el precio y le pago dos meses junto para la sonrisa feliz de mi mamá.
    
    Yo volví a entrar al baño y él pasó al patio. Y hablaba y reía con mamá. Hace tiempo que no ...
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