El firme carácter de mi padre - Relatos Eróticos

El firme carácter de mi padre

Eran las 23 hs cuando recibí el mensaje de texto que mi padre me enviaba, el no usaba su celular y jamas había recibido durante estos meses una sola llamada suya, solo algún mensaje de texto para mi cumpleaños y para las fiestas de navidad y fin de año, nada mas, sin duda algo pretendería de mi, no era un hombre afectuoso ni mucho menos, su mente estructurada y su carácter recio lo alejaban de las relaciones sentimentales, para el, todo era dar y recibir ordenes, por su posición dentro de las fuerzas armadas de mi país, las daba mas de las que recibía, había echo carrera como abogado y logro unir sus dos pasiones la abogacía y su vocación de militar, había conseguido con los años formar una imagen de si mismo de respeto y cierto grado de admiración en sus sub-alternos, en lo que a mi se refiere era un soberbio y desalmado hombre que nunca se supo ganar mi cariño, tal vez ese fue unos de los motivos por los que decidí alejarme de mi familia e irme a vivir solo, ya era un hombre de 23 años, y pasaba mis días entre la universidad donde me faltaban un par de años para recibirme de medico, y mi verdadera pasión que era la de ser piloto de avión, allí ganaba lo suficiente para mantenerme, era sub comandante de vuelo de una empres, a low cost llamada AIR PREMIUM, era el copiloto de Juan Garcia, dueño de la compañía y piloto oficial del Puma bi motor que juntos volábamos tres veces a la semana al sur de nuestro país, eso me dejaba tiempo libre para mis estudios de medicina.-

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Una noche tendría yo en ese entonces los 22 años, estaba desvelado, había dado el examen de piloto civil de avión con éxito, no podía dormirme, era par ami un gran paso en mi vida, un sueño que podía cumplir, caminaba en mi pieza de un lado a otro quemando adrenalina cuando sentí gemidos lastimeros que provenían del dormitorio de mis progenitores, esos gemidos eran de mi madre, con sigilo me acerque a su puerta y me propuse escuchar, solo podía oír como mi madre lloraba y de vez en cuando un chasquido, me sentí verdaderamente indignado e intrigado, me propuse averiguar que estaba pasando entre mis padres. Esa mañana, mientras desayunábamos, intente dialogar con mi madre, ella era una mujer inteligente y muy delicada en su apariencia física, delgada y pequeña, su busto era mínimo y se notaba que su figura era como de una niña, eso sin dudas le daba un encanto especial, su fina figura y su blanca tez la hacían parecer una muñeca de juguete.

Pensando muy bien lo que decía, y con cuidado y mucho tacto intente averiguar a que se debían sus lastimeros gemidos, pero solo obtuve una reprimenda y debí prometer que no volvería a preguntar del tema. La duda me carcomía, así que decidí no cumplir mi promesa, sabia muy bien que arriesgaba mucho, pero la duda pudo mas que mis temores, el patrón de conducta siempre era el mismo, los sábados por las noches mi padre bebía su (s) coñac observando sus ...