Sí... pero si te bañas conmigo
Fecha: 27/04/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: calu, Fuente: CuentoRelatos
Hola. Les comparto mi segundo relato.
- Pues me da gusto que ya tengas dinero, primo. La última vez aquí en la familia estuvieron hablando mal de ti y ahora les callaste la boca.
Sonreí. Lucy tenía razón. Quienes hayan vivido algo así conocen lo satisfactorio que es cerrarle el hocico a gente que te critica… en especial cuando son de tu familia.
- Gracias, prima. Sabes que contigo nunca ha habido problema, así que si quieres algo con todo gusto pídelo y yo te lo invito.
- No, primo, cómo crees. Es tu dinero, te lo ganaste merecidamente con ese proyecto, no tienes por qué gastarlo en mí.
- Pero yo quiero invitarte aunque sea un helado.
- Bueno, el helado sí te lo acepto. Dicen que un vaso de agua, los besos y los helados no se le niegan a nadie.
Reímos. Casi no platicaba con ella por vivir en ciudades diferentes, pero con el cuerpo que Lucy tenía era imposible no querer llevarse bien.
- De seguro todo mundo te está pidiendo prestado.
- Ni lo menciones; de pronto comencé a caerle mejor a muchas personas.
- Yo siempre te dicho que estás bien guapo, ¡eh!
No supe si era una señal, pero obvio intentaría aprovechar.
- ¿Yo? Me disculparás, pero aquí la de la cara bonita, los ojos preciosos y el cuerpo que invita a pecar eres tú.
Río. Yo fingí que lo hacía porque realmente sólo analizaba su reacción.
- ¿Y sí les prestas?
- A veces. Luego no quieren pagar y se enojan cuando les cobras.
- Así son los hombres, por eso no confío en ellos.
- También mujeres. Por eso a ellas les ofrezco alternativas de pago.
- Como plazos e intereses y así, ¿no?
Reí. Tampoco esperaba que captara a la primera, aunque sólo necesito ver mi risa para entender.
- ¡Ah, ya! De seguro algunas te pagan de otra forma.
Con sus manos agarró sus tetas, las levantó juntándolas y las movió de una forma que no debía porque terminó de alterar mis hormonas a tal punto en el que decides que sí o sí tienes que comértelas.
- Exacto, aunque manejo promociones más sencillas.
- ¿Cuáles promociones?
- Algunas me comparten sus packs, y yo les comparto un poco de dinero. Me parece un trato justo.
- ¿Cuánto?
- Depende; no es lo mismo una foto que un vídeo, y no todas me gustan igual.
Quedó pensativa. Era hora de jugar otra carta.
- Por ejemplo, a ti te pagaría más que a otras.
Obviamente no supo qué decir, pero su carita colorada indicaba que no le molestó el comentario, así que podía continuar.
- ¿A mí? ¿Por qué?
- Porque eres mi prima y te quiero mucho. Además, ya te dije que tienes un cuerpo que invita a pecar. La neta sería un deleite ver tus pechos y tus nalgotas.
Tomé sus manos, las alcé un poco y recorrí descaradamente su cuerpo con la mirada, de arriba a abajo, dándole una vuelta para poder observar sus nalgas. Cooperó.
- Pero eres mi primo.
- Con más razón no habría problema; conmigo sabes que hay confianza, que nadie se enteraría y jamás compartiría tu material con nadie… además de que no es ...