Probando cosas nuevas - Relatos Eróticos

Probando cosas nuevas

El día siguiente de nuestro segundo encuentro, prácticamente no salimos de la cama, prácticamente lo hicimos cada hora, mi pareja se encontraba completamente excitado, pareciera que lo que hicimos un día antes funcionara como un potente viagra o estimulante, no lo necesitaba antes de ese momento, pero no podía quejarme de los resultados.

Ya en horas de la noche, después de nuestra última relación sostenida me dijo:

- A pesar de todo el día sigues con su olor

- ¿Tú crees?

Le pregunté realmente por salvar mi posición, porque si, sentía su olor, el olor a su cuerpo a su sudor, no me había metido a bañar desde el día anterior precisamente por eso, porque si había sentido su olor en mi cuerpo y me había mantenido excitada todo el día.

- Si, estoy seguro – me afirmó

- Y ¿Qué piensas que siga oliendo a él?

- Es excitante – me respondió,

- ¿Cómo así? ¿Te excita que huela a él?

- No sabría exactamente cómo explicártelo, pero si me excita. ¿Te diste cuenta qué te dejó dos marcas en tus tetas? -Me dijo cambiando el tema

- Si, espero que no te moleste, pero le di permiso de hacerlo, en realidad yo se lo pedí ya que no me quiso besar en la boca y quería sentir sus labios, tú sabes cómo me excitan los besos, fue lo que hablamos precisamente cuando escuchabas un murmullo – le confesé

- Verlo buscando como hacerte gozar fue lo que hizo que me corriera precisamente.

- ¿Tanto así te gustó eso?

- La verdad que sí

Baje su mano a buscar su pene y a pesar de haber estado haciendo el amor todo el día estaba muy dura, definitivamente le excitaba recordar el momento, aunque más allá de lo que hicimos había algo más que lo mantenía en esa excitación, pero no me confesaba aún de que se trataba.

- Ven, una última vez, ponte sobre mi – le pedí al tiempo que abría mis piernas para recibirlo.

Sentí su pene entrar en mi vagina, estaba muy caliente y duro.

- Ven, huele mi cuerpo, siente su olor, como ha dejado su esencia, porque es eso, su olor ya que no es perfume.

No le tuve que pedir más, sentía como olfateaba todo mi pecho, despues mientras no dejaba de moverse en mi interior empezó a lamer mi cuerpo, así que me decidí a la última pregunta:

- ¿Te excita que yo huela a él? O ¿Te excita su olor?

No me llegó a responder, ya que no soportó más y empezó a eyacular una vez más en mi interior, sentirlo e imaginarme que era lo que tanto le excitaba me provocó un orgasmo a mí, no muy intenso, pero si muy satisfactorio, estaba segura qué el mismo sería quien pidiera el siguiente encuentro con Adolfo.

A pesar de que el día de ayer no fue tan explicito con las cosas que le habían excitado y el die de hoy habían quedado respuestas sin responder, me generaron algunas dudas sobre él, dudas sobre lo que realmente le había excitado mas que de otro tipo y estaba segura que muy pronto podría tener una respuesta.

La semana transcurrió sin nada anormal, no hicimos ningún tipo de comentario sobre lo sucedido o vivido el fin de ...