1. El placer de ver a mi sumiso ofreciéndose a otro h


    Fecha: 01/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: TodoRelatos

    ... porque a veces te follaba muy duro… pero no dejaste de mirarme a los ojos ni un segundo. Sentía tus mandíbulas apretadas. Sentía la humillación en tus ojos, pero también notaba que te estabas ofreciendo de verdad. Que estabas excitada como la puta que eras, y mientras David seguía follándote sin pausa, decidí acercar mi coño a tu cara, sin ninguna indicación”
    
    Entonces, llevado por tu excitación, estiraste el cuello para comerme el coño. Te di una sonada bofetada y después otra. Y otra. Y otra. Y otra más, mientras te preguntaba quién coño eras para lamer sin una orden. Seguía pegándole mientras David no paraba de follarte, y entonces me di cuenta de que ya no gemías, y de que tus ojos estaban bañados en lágrimas.
    
    Agarrándote del collar me acerqué a tu oído y te dije:
    
    “Ladra para mí, perro. Ladra mientras David se corre en tu culito tragón”.
    
    Sin dudar un segundo comenzaste a ladrar. Al principio era un ladrido casi imperceptible, pero poco a poco fue convirtiéndose en un ladrido más salvaje. Más desesperado. Más gutural. Cada vez ladrabas más fuerte. Cada vez ladrabas más intensamente… y me estaba poniendo tan cachonda comprobar tu obediencia…
    
    Miré a David asintiendo con la mirada. El supo perfectamente que le estaba dando permiso para correrse, y escasamente en un minuto, se vació completamente dentro de ti. Cuando terminó apoyó su pecho sudado contra tu espalda e intentó meterte mano, pero sintió la jaula de castidad.
    
    “Qué cabrona eres Laila… ni el placer de rozarse como una perra le has dejado. Ja ja ja ja”.
    
    Te miré y vi alguna lágrima resbalar por tu mejilla. Entre el rimel, el carmín y tus lágrimas manchándolo todo, sentí que te había llevado al extremo, y entonces, agarrándote de la peluca te dije:
    
    “Ven cariño. Quiero que me comas el coño hasta que me corra. Me has puesto muy cachonda y deseo correrme ahora mismo”.
    
    Sin dudarlo te incorporaste, levantando tu torso del parqué del salón y a cuatro patas, con los tacones puestos, el vestido ya en la espalda, las medias en las rodillas y el tanga en un lado… comenzaste a comerme el coño durante diez deliciosos minutos en los que me corrí tres veces en tu boca. Después de cada uno de mis orgasmos limpiaste con avidez, dejándolo todo limpito, como te ordeno siempre.
    
    Al terminar mi tercer orgasmo le dije a David que se vistiera y se fuera. Le di las gracias por humillarte y follarte, pero como habíamos acordado, hoy no podría disfrutarme. Hoy era entera para ti, así que una vez David salió de casa, liberé tu ridícula polla de la jaula de castidad y te ordené desnudarte y sentarte en el sofá.
    
    Y así, los dos completamente desnudos, nos besamos apasionadamente. No faltaron los te quiero, te amo, te deseo, gracias… mientras la pasión se apoderaba de nuestros cuerpos. Me buscabas con la boca, con las manos, te rozabas con tu polla, hasta que levanté mis caderas, agarré tu pollita con la mano y te dejé entrar.
    
    “Ohhhh… gracias mi amor”.
    
    Comenzamos a follar. Estabas ...
«1...3456»