1. El placer de ver a mi sumiso ofreciéndose a otro h


    Fecha: 01/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: TodoRelatos

    ... tacón rojo y un corsé también rojo. Me dijiste que estaba espectacular, y la verdad es que después de vestirme no pude evitar excitarme viendo lo sexy que estaba, y lo zorra que me parecías.
    
    Bajamos al salón y nos sentamos en el sofá a esperar a David. Yo en el sofá, y tú en el suelo, con la correa negra de cuero al cuello y la cadena dorada atada en mi muñeca. Entonces, llamaron a la puerta y soltando la cadena del collar, te dije que fueras a abrir la puerta, mientras esperaba sentada en el sofá.
    
    Te dirigiste a la puerta y saludaste a David. Me hizo sonreír tu primera reacción. Él quiso darte la mano y tú, sin embargo le diste dos besos en la mejilla de forma pausada, mientras notaba que te acercabas mucho a él y de forma disimulada, rozabas su entrepierna con el dorso de tu mano.
    
    No pude evitar sonreír y pensar lo orgullosa que me hacías sentir siempre, pero a David le pilló de improviso, pues seguramente hubiera esperado otro tipo de bienvenida por mi parte y, desde luego, por la tuya. Además, al verte así vestido, con ese traje rojo suelto, esos tacones y pintado como una mujer, no pudo evitar exclamar:
    
    “Joder con tu sumiso, Laila. Está buenísimo subido a esos tacones y así pintado, con ese color de labios...Incluso huele a mujer… y el muy zorrón me ha tocado el paquete al saludarme. De ti no tengo que decir nada nuevo. Estás espectacular, como siempre”.
    
    Me reí y le dije que hoy no habría órdenes por mi parte… que quería ver cómo se desarrollaba la noche, y que podía hacer con mi sumiso lo que le apeteciera, pero que yo, de momento… estaría al margen de cualquier juego.
    
    David sonrió y volvió a mirarte, pero no pudo decir nada, porque cuando iba a hacerlo te acercaste para ayudarle a quitarse el abrigo, mientras le decías que seguramente así estaría más cómodo, pero que si quería quitarse más ropa, sería un placer ayudarle.
    
    ¡Qué puta!, pensé. Realmente le está seduciendo… y no pude evitar sentir cómo un calambrazo de excitación recorría mi entrepierna.
    
    Mientras guardabas el abrigo de David y te dirigías a la cocina para traer una botella de champagne, dos copas y la cubitera con hielos, le pedí a David que se sentara en el sofá a mi lado, lo que claramente interpretó como una invitación para disfrutar de mí. Ya lo habíamos usado varias veces como juguete, y en todas terminé disfrutando de su buena polla y follando con él durante mucho tiempo, pero en cuanto puso una mano sobre mi pierna, me reí y le dije:
    
    “Si quieres follarme, vas a tener que cumplir primero con mi sumiso. Y a lo mejor, ni con esas. Pero ya lo sabías antes de venir, así que no me pongas caritas. Así es la vida”
    
    Nada más terminar de decir estas palabras te vimos regresar al salón. Caminabas como una auténtica zorra y de hecho me arrepentí de no haberte puesto una peluca, así que después de que abrieras la botella y nos sirvieras el champagne a David y a mí, te ordené acercarte al baúl de los juguetes y ponerte la peluca negra de rizos que tan bien ...
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