Perdón padre, he pecado (Parte 2) - Relatos Eróticos

Perdón padre, he pecado (Parte 2)

... su amigo y confidente Joaquin había sido tan duro con el, ni siquiera cuando le contó, en confesión claro, que llevaba una doble vida, nunca lo vio tan enfurecido, nunca, el sabia que era un hombre de honor, pero la falta se sexo en su casa lo había, casi que obligado, a buscar en otro lugar lo que su mujer no le brindaba, y en Andrea lo había conseguido, el lo entendía, y hasta lo había bendecido para que continué con esa relación paralela, porque ahora era tan duro? tal vez no explico bien la situación, si seguro era eso.

La furia de Joaquin era descomunal, maldita y sucia mujer, ella era suya, como era posible que haga esas cosas con su marido?, le había costado mucho trabajo enderezar el rumbo de ese barco para llevarlo al puerto que el y ella deseaban, fueron años de un trabajo arduo y constante, el había convencido con palabras sutiles a su amigo a que se busque una amante para calmar sus ardores, el tenia todo bajo control para poder amar a su mujer, como se atrevía a faltarle el respeto de esa manera?

Esa noche cuando Ignacio hablo con Margarita, le dijo en tono solemne que debía ir a confesarse, que su enojo con la iglesia no tenia sentido alguno, y su buen amigo Joaquin le había pedido expresamente que concurra a comulgar y a confesar todos sus pecados, que ellos eran un pilar de la comunidad y debían dar el ejemplo, ella solo sonrió y le dijo en un tono que no aceptaba replicas que ella ira a confesarse cuando tuviese ganas, y además el medico le había recomendado que haga reposo, al menos por un par de meses.

Era un Domingo caluroso de verano, el sol hacia un rato había salido y ya ardía, eran las ocho de la mañana y las campanas llamaron a misa, los fieles ingresaron a la reunión y en primera fila estaban como era habitual la familia Fuentes, Ignacio su mujer Margarita y su hijo Jorge , todos tomados de las manos, el cura párroco ingreso concentrado para atender a su rebaño cuando la vio sentada junto a su marido y su hijo con una gran panza, hacia ya ocho meses que no veía a su amada mujer, y ella tenia un embarazo de seis, su panza era puntiaguda, seguro otro varoncito, pero esta vez el no era su padre, la imagen lo turbo y necesito unos minutos para recuperarse y tranquilizarse, el la había invitado a confesión pero la terca mujer se había negado a concurrir, evitaba cualquier tipo de contacto con el, la ultima charla que tuvieron termino de mala manera cuando ella lo llamo «cobarde», desde ese día nunca mas se habían juntado, la tristeza invadía el alma del cura, pero en cambio a ella se la notaba feliz y radiante, lo miraba con malicia y acariciaba su panza con orgullo, se sentía morir a cada minuto, estaba ahí frente a el, la amaba, ella era la mujer de su vida, por ella, el había roto su celibato y su honra y ahora ella lo ignoraba, es verdad que el nunca tuvo la intención de dejar la curia para irse a vivir con ella, tambien era verdad que el mismo tuvo mucho que ver en la decisión de Jorgito, el, fue el que con ...