1. ..Así soy, algo diferente a las señoras de mi edad


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Gina, Fuente: TodoRelatos

    Hola soy Jade, una mujer madura, tengo 51 años, soy de Venezuela, vivo en una ciudad llamada Valencia a 3 horas de la capital Caracas; nací allí en Caracas pero salí por trabajos de mi padre, en fin, eso no es lo que les interesa verdad... jajaja
    
    Soy morena, de baja estatura, 1.55 apenas, algo de carnes extras, unos 71 kg, curvas, trasero algo grande, mi cabello es corto pegado, de ojos marrón café, labios gruesos naturales, lo justo para provocar...
    
    Ya les había contado como conocí a Héctor mi vecino de 25 años que me cogió divinamente en las escaleras del piso 12 de nuestro edificio después de una fiesta y como terminamos esa noche en su apartamento aun en faena salvajemente sexual hasta amanecer.
    
    Bueno debo contarles que a partir de allí cada vez que Héctor y yo nos encontrábamos en ese ascensor nuestras miradas y muchas veces nuestras manos no podían controlarse en provocarnos mutuamente; era delicioso vestirme muchas veces de forma sexy, provocativa sin rayar en lo vulgar porque no estoy en esa edad de ser obvia, ahora soy incitadora y sensual hacia él y hacia quien lo note ... muchas veces llegamos a descontrolarnos al quedar solo el ascensor, el metía su mano bajo mi falda muy agitado y llegaba rápidamente a mi clítoris y me penetraba con sus dedos y yo siempre frotaba su verga sobre su pantalón o lo sacaba y lo mamaba frenéticamente al punto de hacerlo acabar y que derramara toda su leche en mi boca, todo para terminar en uno de nuestros apartamentos cogiéndonos deliciosamente... él (Héctor) me había presentado a algunos de sus amigos del trabajo, había chicos como el, pero había uno que era su supervisor un hombre más maduro y muy atractivo, en sus 40, ya pintaba canas, pero se notaba atlético, y no pude dejar de fijarme en ese trasero firme alguna vez... al igual que el no disimulo en escanearme de abajo arriba cuando nos presentaron y en esa ocasión me busco siempre con la mirada.
    
    A la vez yo le presente a Héctor a mi gran "amigo" Lautaro, de visita en Venezuela por trabajos legales, un abogado argentino en sus 49, alto, buen cuerpo, mirada penetrante y retadora, manos impecables y fuertes y aunque no éramos novios o algo así, Héctor se notó un tanto celoso de este amigo mio. Seguramente percibió la atracción sexual que teníamos, Lau como yo lo llamo, y yo, hemos tenido muchas aventuras deliciosas y hasta perversas, ese lado mío solo él lo conoce, hasta ahora.
    
    Paso una semana y media y todos salíamos después de los trabajos a bailar, beber algo, y siempre, siempre gente, hubo manoseos hacia mi persona.. Lau era fiero admirador de mi culo y se lo gozo siempre, era imposible que no tratara siempre de pellizcármelo aun si notaba que alguien nos veía. Héctor me sacaba a bailar, aunque el baile no fuese su fuerte, trataba de apartarme de la multitud, me tomaba firme en sus brazos, me apretaba a él y me miraba fijamente, su rodilla me rozaba siempre mi vagina, quería marcar territorio excitándome el. Esas salidas eran muy ...
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