Cena de chicas: Marian-Alguién interesante(14) - Relatos Eróticos

Cena de chicas: Marian-Alguién interesante(14)

RECUERDOS DE MARIAN: Alguien interesante

Marian maniatada en la cruz no podía siquiera ver las heridas del látigo en su cuerpo. La puta de Marisa había retirado cuidadosamente de su espalda su larga cabellera evitando cualquier obstáculo entre el látigo y su piel. El sudor recorría todo su cuerpo tras el castigo y el dolor mantenía su cuerpo entumecido mientras su mente volaba a ese momento donde un hombre desvergonzado había tomado su mano para colocarla sobre su paquete.

Recordaba que momentos antes había estado calentando al salido de su novio que seguro había dejado matándose a pajas. Ella disfrutaba insinuandose pero sin permitirle gozar de sus encantos. Ese día se había vestido especialmente de putón y le había pedido colaboración para elegir el tanga que luciría bajo su corto vestido. Se había probado al menos una docena quitandolos y poniéndolos delante de él de manera que pudiera observar su coño perfectamente depilado. Cuando le pregunto por qué se había preparado tanto, simplemente contestó entre risas de forma casi profética «Por si aparece alguien interesante … anda dime, ¿Cómo me queda este?».

Cuando vio a ese hombre rodeado de sus amigas y que directamente le había presentado su miembro pensó que ese era el hombre interesante para el que se había preparado y sintió natural ofrecerse a él sin reparos.

Por primera vez me sentí una más. Insignificante para aquel hombre que manejaba a un montón de mujeres con soltura. Me integre en el grupo dedicando todo mi interés a hacer los juegos más placenteros y excitantes para todos, pero sobre todo para aquel hombre al que había decidido entregarme. Así no dude en involucrarme en juegos lésbicos que nunca me había planteado, e incluso en disfrutar de brindar con orines. Todo me parecía deseable para el disfrute de ese hombre que en pocos minutos había conseguido destapar la zorra que todas llevamos dentro.

Cuando iba camino a mi casa recibí un mensaje de él. Me ordenaba quedar con mi chico antes de retirar los restos en mi cuerpo de lo acaecido durante la cena y hacerle una mamada. Quería que mi chico sintiera lo puta que podía ser pero que nunca sería con él.

Mi Amo no me había premiado con su semen pero tenía todavía el sabor a flujo y meados de la fiesta por lo que cuando llegué al parque donde quedamos le di un beso de tornillo. Luego sin mediar palabra y pensando en la polla de mi Señor, procedí mamar la polla de mi chico que tardó segundos en correrse. Tras tragar por orden de mi Amo el semen que me había dado me despedí diciéndole sólo la manida frase de «todos los hombres queréis lo mismo».

En el portal de mi casa tuve tiempo para hacerme un selfie donde se podía ver parte del semen que quedaba en mi boca y esparcido por mi cara. Cuando mi Amo me preguntó qué había pasado, pude enviar esa prueba de mi obediencia.

Me contestó preguntando si lo había disfrutado, a lo que asentí. En lugar de regañarme o felicitarme me dio la orden de no tener ningún tipo de ...