Vuelta a casa 1 - Relatos Eróticos

Vuelta a casa 1

Cuando me desperté, podia oír la lluvia caer sobre el techo de la furgoneta en la que me habían traído, me habían devuelto a casa de la misma manera que me habían llevado, drogada, al menos en esta ocasión me había dejado un abrigo largo para cubrirme.

La despedida en el burdel había sido rara, aunque en general habia sido quizás algo fría, a la hora de despedirme de lucia fue bastante duro, le había cogido mucho cariño y sería difícil no volver a verla, y al final nos despedimos con un beso en la boca y me dijo que acabaría volviendo, más que como una amenaza parecía una predicción.

El jefe me comentó que si algún día quería volver tenía la puerta abierta, y que si quería podía traer a mis hijas pues algunas de las chicas vivían fuera del lugar con sus familias, también me dio una tarjeta, sin otra cosa que un número de teléfono, ni nombre ni logos ni nada, y me dijo que cualquier cosa podía llamarle, tras lo cual me dieron una botella con agua para que bebiera y después no recordaba nada hasta ese momento.

Era de madrugada cuando salí de la furgoneta y me dirigí a mi casa, tenia ganas de ver a mis hijas y mi marido, a pesar de lo pasado seguía queriéndolo. Llamé a la puerta y me abrió mi marido al que abrace y bese y después fui directo a ver a mis hijas, que ya estaban dormidas.

Tras el reencuentro, me quedé hablando con mi marido y me contó que estaba trabajando, que había dejado el juego y que había cambiado, que lamentaba todo y que me quería.

Aquella noche no pude por menos que dormir con mi hija abrazada a ella.

Habían pasado varios meses desde que regrese y apenas salía de casa por temor a encontrar a alguno de los clientes, y muchas veces me despertaba en mitad de la noche pensando que aún estaba en el puticlub. Estaba aterrada.

Mi marido no dormía conmigo en la habitación, cada vez que se arrimaba a mí me asustaba y pensaba en alguno de los clientes.

De ved en cuando, sobre todo los fines de semana salíamos a la calle los cuatro, yo siempre mirando a mi alrededor, no era capaz ni de buscar trabajo por terror.

Una noche, mi marido aún no había llegado de trabajar y las niñas estaban en la cama ya, aunque era tarde, no me pareció extraño que no hubiera llegado, muchas noches se quedaba hasta tarde trabajando.

Debían ser las 12 de la noche cuando me metí en la cama, lo cierto es que se había portado muy bien aquellos meses y muy comprensivo con migo.

Me despertó un ruido fuerte en mi habitación, al incorporarme vi a mi marido tambaleante dirigiendose hacia mi, estaba borracho perdido.

Se desnudó completamente y se metió en la cama y al preguntarle que hacía me dijo que me callara que era una puta y era hora de que lo asumiera, tras lo cual me dio un bofeton que me cruzo la cara y con la nariz sangrando, estaba aterrada y no dejaba de venirme a la mente imagenes de algunos de los clientes.

Poniéndose encima mío me tapono la nariz y en cuanto abri la boca metió su rabo y comenzó a follarme la boca ...