1. Seguimos el fin de semana con pareja cambiada


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Intercambios Autor: Mercedes, Fuente: TodoRelatos

    Eran como las 10 de la mañana, entreabro los ojos y veo a Edgardo con una toalla en su cintura abriendo la puerta de la habitación, en el pasillo Carlos mi marido tratando de mirar dentro la pieza, Ed lo toma del brazo y lo invita a pasar, imagínense la situación, yo totalmente en bolas tirada en la cama, destrozada, yo y la cama, ni fuerzas para levantar una pestaña, semitapada por las sabanas, tenía solo la cintura oculta, medio de costado Carlos podía verme al igual que nuestro amigo, el culo, las piernitas abiertas, tal cual me las había dejado Edgardo después de haber lamido mi colita desde las 8 de la mañana, los pelos, una maraña y los brazos extendidos sobre la cama. Edgardo y Carlos los dos con los ojos puestos en mí, recorriéndome de lado a lado, me di vuelta y ni los miré solo quería dormir un ratito más. Ed propone darse una ducha, conmigo por supuesto y después ir los cuatro a desayunar al salón del hotel.
    
    Media hora más tarde, los cuatro llegábamos juntos a la mesa, Coca mi amiga con unas ojeras como si la hubieran cogido entre diez, y es más o menos lo que le paso, se notó que mi marido no le dejo un agujero sin perforar, la pobre no se podía estar en pie. Nos pusimos a tomar el café todos muy cachondos y contentos, en un momento Carlos saca de su bolsillo una tanguita blanca diminuta y mostrándosela a Edgardo le pregunta si se la puede guardar de recuerdo, por supuesto que si le dice y a su vez muestra la mía, una leopardina nuevita que me había regalado mi marido para ese viaje, bueno los dos contentos con sus trofeos se pusieron a comentar de cualquier cosa menos de lo que había pasado la noche anterior, como si fuera lo más común del mundo. Para nosotras había sido una de las noches más emocionantes de nuestras vidas, cogernos dos tipos sin miedos y sin culpas, cambiar de monta sin prejuicios, y sin que después como siempre te rompan las pelotas para volver, o cuando joden, de cómo lo pasaste, si fueron lo mejor, si nuestros maridos lo hacen parecido, o etc. Etc.
    
    Salimos a caminar muy tranquilos, siempre con las parejas cruzadas, como si nada, despacito llegamos como a las 14.30 al puerto, un almuerzo frugal, y de vuelta un colectivo al centro.
    
    Por la peatonal caminando los cuatro, muy distendidos, como si fuera así de toda la vida, hicimos compras, nadie rompió las bolas con nada, ni una discusión, era tocar el cielo con las manos, de paseo con nuestros maridos sin discusiones ni reproches, gastar a dos manos, yo pedía Edgardo compraba, Monica quería, mi marido gastaba y todo nos parecía bien.
    
    Llegó la noche y nos encaminamos al hotel, cada uno con su pareja ocasional, cuando entramos a la habitación, Edgardo rápidamente se mete en el baño para darse una ducha, yo comienzo a elegir la ropa, no tardo mucho ya casi lo tenía decidido todo, muy sensual y provocativa, ese era mi look para esa noche, termino y Ed que no sale, se hace tarde, no quiero perderme nada de esta noche, entro al baño, se está duchando todavía, y ...
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