Mis viejas y nuevas Perversiones 5 - Relatos Eróticos

Mis viejas y nuevas Perversiones 5

Mis viejas y nuevas Perversiones 5

El haber estado alejada de mis vicios y perversiones, para criar a mi hijo, no me hizo olvidar de mis viejas perversiones

Y ahora, que mi hijo, ya era mayor de edad, era hora de recuperar mi propia naturaleza perversa, mi hijo tarde o temprano, será el objeto de mis perversiones

Retomo la lectura de mi diario sexual de mi juventud, con la certeza de volver a escribir nuevas páginas de placer.

Busco mi diario y tendida en mi cama lo releo

2 de octubre 2000

Ayer llego a pasar unos días a mi casa, mi abuelo Aldo, un hombre cercano a los setenta años, bastante robusto y pelado.

Su amabilidad y atención hacia mí, a lo largo de los años me hizo amarlo, y ahora, con más de dieciocho años, Quiero que me vea como una mujer... ya no como una niña.

Hoy mis padres, se fueros a trabajar y quede sola en la casa, con mi abuelo

Yo como siempre, encerrada en mi habitación masturbándome y saliendo de mañana, de paseo a un bosquecito a drogarme.

No sabía cómo él reaccionaria, pero debía arriesgarme, la idea de cometer incesto, rondaba mi cabeza desde hace mucho tiempo.

Me dirigí hacia el comedor, donde estaba mi abuelo y le dije

-"Voy a darme una ducha rápida, abuelo"

Una vez en el baño, deje la puerta entreabierta a propósito y me desvestí y abrí la ducha.

Mientras esperaba que el agua se calentara, colgué mi tanga, que estaba casi empapada, en la puerta del baño

Me encantaba verme empujar los límites de mi propia promiscuidad, tan

Salvaje y desinhibida.

Durante la ducha me llamó la atención un movimiento. Vi a través de la puerta de la ducha, el reflejo de mi abuelo en el espejo. Estaba oliendo mi tanga roja

Ahora sabía que la seducción real no sería difícil.

Mi abuelo, No era el tipo de hombre que se deja llevar por sus instintos más básicos, pero había caído en mi trampa

Envolví mi toalla alrededor de mi pecho y camine hacia mi habitación

Necesitaba un poco de hierba para sentirme más dominante, fuerte e indomable

Tome la pipa de vidrio y la empaquete con una generosa cantidad de hierba

La lleve a mi boca y encendí la hierba, inhale profundamente, pude sentir la droga recorrer mi cuerpo

El THC me golpeo tan fuerte que casi caigo hacia atrás, la droga me estaba haciendo efecto rápidamente

Tal vez, porque había estado toda la mañana en el bosquecito drogándome y ahora estaba mareada y bastante drogada.

Tire un poco de desodorante, para disimular el olor del THC y salí

Me puse una bata corta, sobre mi cuerpo desnudo y me dirigí al comedor

-Hola pequeña”, me saludó. Mi abuelo

- "Hola abuelito", respondí, con voz aniñada, echándole los brazos al cuello y besándolo en la mejilla, muy cerca de la comisura de sus labios.

- "¿Cómo está mi nieta favorita?" preguntó, abrazándome y levantándome del suelo.

"Bien, ahora que estoy contigo" respondí riendo y anudando mis piernas alrededor de su cintura, notando su erección.

Sus manos, me sujetaron ...