1. Anna y Giovanna.


    Fecha: 17/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mujer casada y enamorada de su esposo, se está dando un gustito conmigo, pero ella no es mía, ella es de otro. Me dolía mucho tratando de aterrizar mis sentimientos por ella, porque sentía de amarla con todo mi corazón, siempre le exprimía mis sentimientos hacia ella con frases de romance rosa, los te amo abundaban, los míos, los de ella casi tenía que sonsacárselos, me dolía y a veces no me sentía correspondida, era una historia de amor en un solo sentido y de ese modo siempre hay alguien que pierde, sentía que estaba perdiendo en esta relación, pero en un minuto con ella lo olvidaba todo y prevalecía mi amor y romanticismo por ella a cualquier costo.
    
    En el calendario de la cocina iba marcando los días que iban pasando sin ella, un día marcado, me daba fuerzas para seguir pensando en ella y en su amor, ella tenía mi numero telefónico, pero jamás me llamó, pasaron los doce días y ella no aparecía, fueron catorce los días y escuché el carro de Giovanna, hizo sonar la bocina de su carro cuando pasó fuera de mi casa, no sé porque no se detuvo pero me hizo preocupar, me llené de pensamientos negativos, tenía necesidad de verla, de sentirla, de tocarla, de besarla, de amarla y ella parecía no sentir lo mismo, me sentía dañada en lo más íntimo, a su vez me tranquilizaba pensando que ella la elección la tenía y esta preponderantemente era su marido, yo era una segundona y continuaría a serlo, era solo la amante y ella continuaba amando realmente a su marido y se divertía conmigo, me bebí dos copitas de vodka y me declaré de aceptarlo y gozar con ella tanto como ella lo hacía conmigo, seriamos solo dos amantes, amigas con “beneficios”.
    
    Tarde, esa misma tarde, el carro de Giovanna se estacionó fuera de casa, salí a saludarla lo más normal posible sin mucha efusión, reteniendo todos mis sentimientos, ella traía un maletín con regalos para mí, lo que me hizo emocionar y olvidar todas mis aprehensiones, toqué sus nalgas y sus tetas, ella reía con malicia y pellizco mis pezones que parecían explotar en mis sujetadores, sacó una botella de Baileys y yo tomé dos vasitos, nos fuimos besándonos sin emitir palabra hacia mi dormitorio.
    
    Estaba otra vez en el paraíso, sus besos eran dulces como el licor que estábamos bebiendo y me hacían embriagar de sensualidad, la suavidad de su cuerpo desnudo, me fui directamente a oler su concha, trataba de sentir ese olor característico del semen de hombre, pero nada su sexo olía a hembra, dentro de mí me sentía un poco loca de celos de pensar esa chuchita estrecha llena de la verga masculina de su esposo, ese cretino que se perdía las delicias de esta mujer tan hermosa, que tontos que son los hombres, pensé.
    
    Mis manos no lograban abarcar la inmensidad de sus senos preciosos, mientras mi boca se movía sobre los tumefactos labios de su vagina, mis manos magreaban la delicada redondez de sus tetas, ella gemía y se contorsionaba placenteramente, estaba gozando mis lamidas y yo disfrutaba la reacción de su cuerpo juvenil ...