Adicta a tus labios-9 - Relatos Eróticos

Adicta a tus labios-9

... su mirada.

Martha decidió acercarse para unir sus labios contra los de Natalia e intentar consolarla. Podía entender la difícil situación por la que estaba atravesando la chica de ojos miel y le pareció buena idea que un beso suave ayudará a disminuir su pena.

—Me gustas mucho —expuso Natalia, entre el beso.

—Y tú a mí —susurró Martha.

Entre beso y beso, la más joven se ubicó encima de las piernas de Natalia para sentirla más cerca y hacerla estremecer. Aunque Natalia deseaba ir más allá, Martha, siempre buscaba la forma de disminuir el deseo de ambas para no dejarse llevar. De hecho, aquella noche que Natalia repartió besos por todo su cuerpo, permaneció tranquila, pero cuando creyó que iba a continuar, una serie de imágenes se cruzaron por su cabeza y su corazón se aceleró.

—Tus besos, me transportan a otro lugar—confesó Natalia, con su respiración agitada—Es mejor que te bajes de mis piernas o podemos caernos —manifestó.

—Vamos al sofá —sugirió Martha, al extender su mano.

Sin embargo, Natalia, la invitó a que se ubicaba entre sus piernas para abrazarla y continuar su conversación frente a la chimenea. Allí, Martha, le contó sobre su familia política, sobre la tienda de perfume que heredó de su madre y su reciente ingreso a la facultad de derecho. Mientras que Natalia, se atrevió a contarle un poco más de su vida privada, de cómo terminó adquiriendo aquel bar y le contó algo muy privado para ella. Le confesó que su ex la dejó al no querer practicar otras cosas en la cama, pues solo tuvieron sexo oral.

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Los días fueron pasando, así como los encuentros entre las chicas. Sin importar que ambas tuvieran sus actividades diarias, al final del día, podían estar en el departamento de Martha o en el de Natalia. Las cosas parecían marchar bien entre ellas y la confianza fue creciendo, pero más por parte de Martha que había dejado un poco sus temores. Natalia fue conquistando su corazón, con detalles, con su forma de tratarla, pero sobre todo con esa manera de mirarla, tan cariñosa y decidida. De hecho, la ayudó a superar sus pesadillas y dejó de tomar su medicamento. Martha se estaba replanteando la posibilidad de enamorarse otra vez, pues aquella mujer de ojos miel, le estaba enseñando a ver la vida diferente, le estaba enseñando a confiar otra vez. Y era algo que le agradaba, ya que, desde aquel incidente, se había vuelto una chica solitaria y desconfiada. Lo que más le llamaba la atención, era que Natalia, le había dado una entrada libre a su bar, donde la veía trabajar todas las noches y de vez en cuando, la sacaba a bailar un par de canciones.

En una de esas noches, Camila, se le acercó para pedirle disculpas por el daño que le había causado su hermana y aunque en un principio se tensó por su acercamiento, escuchó lo que tenía que decir. Durante esa conversación, se enteró de que Alis, padecía un trastorno explosivo intermitente desde su infancia, pero que al no controlarse adecuadamente terminó ...