Jaqueline, mi primera vez y la de ella tambien. - Relatos Eróticos

Jaqueline, mi primera vez y la de ella tambien.

Jaqueline, mi primer cómplice. 1989-1990 gloriosos años. Actualmente tengo 38 años, heterosexual, vivo en Guerrero y hasta ahí. ¿Qué puede pasar cuando a un niño y una niña los dejan tanto tiempo solos por las tardes después del Kínder? En la edad donde la curiosidad explota al máximo, pues mis primeros recuerdos en el tema me llevan a ella. Nuestras casas estaban separadas por una casa en construcción, era nuestro sitio de reunión para jugar, obra negra, solo las divisiones de los cuartos sin un techo, más que el cielo, nuestro cielo. Yo con mis luchadores y ella con sus barbies, juguetes de poca calidad, pero más que suficiente para nuestro universo de imaginación y curiosidad que a los 5 años de ambos teníamos que saciar. La niña clásica que a esa edad solo tenía un vestido de una pieza y un calzón aguado, yo un niño con un short y una trusa, su olor aun lo recuerdo, todo empezó por que una vez espiamos a una pareja de adolescentes cercana que se besaban y manoseaban más de lo necesario, empezamos a copiarlo, y ahí fui consciente de mis primeras erecciones. Los juegos se repetían cada día y a cada hora, cubiertos siempre por las paredes que difícilmente permitirían a alguien de afuera enterarse de lo que pasaba, para los padres de ambos solo éramos niños jugando. Y paso, no tengo claro si alguna vez la llegue a penetrar, el acto era tonto, solo misioneros, quizá el tamaño de mi pene y el poco conocimiento de anatomía femenina no ayudaba mucho, lo que si tengo claro son los besos y el sexo oral que ambos nos practicábamos, más yo a ella incluso, nuestro secreto que jamás contaríamos. Calculo que hacíamos eso todos los días que se podía, siempre alertas a los pasos de personas que podrían irnos a buscar con excitación y miedo de ser descubiertos…… no sé por qué, pero fue algo natural saber que si nos descubrían sería el fin para ambos, por suerte nunca fue así. Así estuvimos poco más de un año, hasta que un día, sin decir adiós ella y su abuela con quien vivía dejaron de ser nuestros vecinos, así no más, dejamos de jugar. No les puedo mentir, no sé si esperaban que les dijera que con ella hice maravillas en la cama, nunca estuvimos en una cama, solo la tierra y algún cojín que ella lograba sacar de su casa alguna vez. Pasaron los años, como 20 aproximadamente, muchas calles arriba en mi colonia veo a una muchacha muy atractiva e inmediatamente la reconocí, era ella acompañada de su abuelita, nos miramos un par de segundos, pero ella no me reconoció, fue la última vez que la vi. Espero les haya gustado mi relato, así como yo he disfrutado de varios de aquí, pronto escribiré más en diferentes categorías.

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