Tanga Nueva, Vida Nueva - 04 - Relatos Eróticos

Tanga Nueva, Vida Nueva - 04

... estaré a la altura. Si ustedes confían en mi, tengo que confiar en que ustedes no se equivocarán al elegirme-

Mía asintió con la cabeza y comenzó a comer. Yo no supe si podía comer sola, miré a Rococó.

Rococó -Si Bonita. Ahora podés comer sola. Es una pena pero seguís a régimen por los estudios. Un poco mas de paciencia... putita hermosa-

Tomé los cubiertos y con toda la delicadeza que pude comencé a tragar esa pasta verde, no sabía tan mal pese a su aspecto. Fuí comiendo bastante rápido aunque sin exagerar, quería terminarla pronto. Mientras tragaba eso, pensé en el tubito, el tapón y los tacones! Sentada no molestaban tanto, pero en algún momento tendría que volver a caminar. Terminé la pasta y sorbito a sorbito acabé con el líquido, que resultó ser jugo de naranja muy sabroso. Noté que nadie bebia alcohol, había solo jugos de distinto color y agua, ni gaseosas ni otras cosas, todo muy saludable evidentemente. Los platos daban la misma imagen.

Mía terminó un poco despues que yo. Casi todos iban terminando, los o las meseras comenzaron a retirar los platos y colocar unos bowls con macedonia de frutas, se veía muy apetitosa, pero cuando llego mi turno, colocaron un plato con una banana igualita a la del desayuno. La miré decepcionada, luego a Rococó, permanecía inmutable, disfrutando su lugar en la ceremonia, luego a Mía que tampoco dió indicios de interesada en el tema.

Yo - Amita... Tengo que repetir el show del desayuno? Es necesario?- La mire con la mejor cara de súplica que pude-

Ella se quedo un rato sin responder, me miró y miró la banana alternativamente.

Mía -No tonta! Es solo una broma, aunque si querés hacerlo todos lo agradecerán...-

Yo -Me pones en un aprieto, realmente no tengo ganas de hacer la mona, pero me gustaría darles el gusto-

Mía -Nadie te obliga, come la macedonia y no te hagas problema-

A su seña el mesero vino con mi macedonia, pero cuando iba a retirar la dichosa banana lo impedí.

Yo -Rocoquita, por lo menos haz tu parte. ¡Pélame la banana!-

Lo ultimo lo dije en voz bien alta para que escucharan todos, una carcajada estalló a nuestro alrededor y se fué expandiendo por la sala. Rococó se colocó a mi lado, tomó la fruta, la peló y la sostuvo frente a mi boca. Tuve que girar la cabeza para que todos vieran, en la dirección de Mía, que me miraba entre divertida y asombrada. Clavé mis ojos en los de Mía y comencé con el show como en el desayuno, aunque pude mejorar algunos detalles, con la experiencia adquirida con el obelisco, ese pensamiento me hizo apretar mi tapón con fuerza, y recordar la jaulita y su tubito, realmente me estaba excitando. Comencé a lamer la fruta, simule que empujaba el escroto. Traté de dar mi mejor show. Obviamente para terminar mire bizca la fruta y de dos violentos mordiscos me la tragué sin masticarla, tan violenta fuí que Rococó tuvo que sacar la mano para evitar que la mordiera. Estalló lo que me pareció una ovación, me sentí inmensamente feliz, halagada... y ...