1. Les. Yo a los 10 años con una mujer (1ª Parte)


    Fecha: 28/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: coaktoshi, Fuente: SexoSinTabues30

    ... 4 meses que me había mudado y ya tenía amigos en el colegio. El clima era muy parecido al de mi ciudad en España y empezaba a hacer buen tiempo.
    
    Una tarde, María vino a casa para acompañarme al río. Por ese entonces María ya venía menos. Como un par de tardes a la semana, puesto que yo ya no necesitaba apoyo con la lengua, pero a mis padres les venía bien tener a alguien que se hiciese cargo de mí cuando no podía, ya que en Italia no tenían amigos, ni familia y con María ya tenían mucha confianza. Ese día los niños de mi colegio habían quedado para ir a un río que quedaba a las afueras del pueblo. Allí jugaban en verano ya que en primavera crecía con las lluvias. Mi padre estaba trabajando y mi madre quería aprovechar para hacer limpieza en casa, así que le pidió a María que me llevase y ella pareció encantada de poder llevarse un poco de dinero extra por estar conmigo toda la tarde.
    
    María llevaba en Italia desde que terminó la carrera, así que durante el viaje al río le estuvo contando a la madre de mi amiga que era la primera vez que se bañaba en un río y le hacía mucha ilusión. Jamás imaginé que la inocencia de su sonrisa en aquel coche de camino al río se convertiría en mi perdición cuando se empezó a quitar la ropa frente a mí para quedarse en bikini. Como dije antes, siempre la vi guapa, pero ese verano empecé a darme cuenta de que María era prácticamente perfecta. Recuerdo lo nerviosa que me puse al verla venir hacia mí con un bote de crema en sus manos decidida a ponérmela por todo el cuerpo. Me dio miedo que notase que temblaba o que el corazón se me había acelerado así que le dije muy convencida que yo me la pondría sola y aceptó.
    
    Tras jugar con mis amigos un largo rato, las madres y padres que nos estaban vigilando nos llamaron para merendar algo. Nos sentamos todos alrededor de una mesa de camping de madera enorme que había alrededor del río y empezamos a comer algunos bollos de chocolate y frutas que habían traído. En ese momento alguien me tocó el hombro.
    
    – Sarita, déjame sentarme que no quepo, siéntate tú en mis piernas.
    
    Casi como una autómata, me levanté, dejé que María se sentase donde yo estaba y me dejé conducir por sus brazos hasta su regazo. Jamás olvidaré la sensación de notar mi espalda desnuda contra su vientre desnudo y la sensación de saber que entre nosotras sólo había un fino pareo y nuestros trajes de baño húmedos. Intenté hacer como si nada y seguí comiendo, por suerte los niños terminaron rápido y fue la excusa perfecta para salir corriendo de allí. Pero desde ese día, yo ya no volví a ser la misma.
    
    Continuará… 
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