1. Un pájaro al lado de mi hermana


    Fecha: 12/08/2019, Categorías: Incesto Autor: NANDOVe, Fuente: SexoSinTabues30

    Bueno la única experiencia incestuosa que he tenido o por lo menos lo más cercano al incesto fue una deliciosa paja que me hice con mi hermana al lado. Tenía yo si mal no recuerdo unos 12 años cuando mi linda hermana de 18 me llevo a otro estado para una consulta odontológica. Mi hermana Dana en esa época era una flaca trigueña, de piel morena color canela, ojos grandes negros y de formas almendradas, senos pequeños y un culito modesto pero que con unos jeans apretados dejaban ver una forma de manzana. Ese día mi hermana me atendió con el cariño y el afecto con el que una madre atiende a su hijo. Me llevo a comer a helados y luego la muy linda me dejo escoger de un estante de videojuegos, el juego que quisiera. Luego de haberme paseado por la ciudad, llegamos a la habitación donde ella residía. Luego de jugar toda la tarde con mi nuevo juego y ya entrada la noche, mi hermana es la primera en acostarse en la cama. Una cama pequeña claramente para un solo adulto. Ambos quedamos un poco apretados del uno con el otro. Un pre-adolescente junto a una bella mujer adulta; la tan sola realización de este hecho disparó esa cachondez característica de un puberto, dándome una erección potente e inmediatamente lubricada que manchaba a mi apretada ropa interior. Yo ya conocía la masturbación pero aún era un neofito en la materia. Aún así instintivamente empecé a tocarme, mientras poco a poco me acercaba cada vez a mi hermana, cerrando aún el reducido espacio que había entre nosotros. Tanto arriba como abajo mis palpitaciones se aceleraban hasta que mi mano suavemente tocó su culo. Ella acostada de lado y de espaldas pareciera no haberse dado cuenta de este ligero roce. Yo con la excitación a mil y la adrenalina disparada, me iba acercando y arrimandome cada vez un poco más. Usaba mi mano derecha para masturbarme. Que sensación más deliciosa aquella miéntras mi imaginación se disparaba a límites insospechados para ella. Fantaseando sobre cómo poner mi pene en su culo. Cómo frotarme más y más sin que ella se despertase o sin que ella se diera cuenta. Continué con mi proeza masturbatoria la que realizaba a dos dedos. Índice y pulgar tomaban mi glande y con cortos movimientos de arriba abajo se agrandaba mi placer hasta que como la explosión de un volcán, mi semen salió disparado, como el agua de una manguera contra incendió. Mi semen con fuerza dejó las sábanas de mi hermana manchadas. Solo después de la descarga y ya sin ese morbo. La abracé de espalda de manera afectuosa. Por qué la quería, por qué la amaba, por qué era mi hermana. Fin.
    
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