1. Inicio en familia


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Incesto Autor: gior9368, Fuente: RelatosEróticos

    ... –Oye, espera, tengo miedo—le dije, deteniéndolo. –Tranquilo, te gustará ya verás—me dijo, lamiendo mi ano por completo. La sensación era increíble, sentía su lengua en todo mi culito, era magnifico. El escupió mi ano y empezó a meterme su dedo índice, el dedo no tardó nada en entrar ya que prácticamente yo me masturba analmente. –Vaya, al parecer tu culito ya está entrenado—me dice algo sorprendido. Empezó a mover su enorme dedo dentro de mi ano y yo estaba mordiendo mis labios de placer. Su dedo entraba y salía sin dificultad pero unos gases salieron de mi ano, yo me puse rojo de pena. –yo no quería… no lo pude controlar —dije muy apenado. –Descuida, eso es buena señal, quiere decir que tus intestinos están limpios y que tu esfínter esta relajándose—me dijo. Eso me tranquilizó un poco y metió su pulgar en mi orificio, después de un rato de estarme dando con dos dedos me dijo que la pasara una pomada que tenía cerca de un cajón, se la pasé como pude colocó una buena cantidad en su dedo y me penetró con eso, era extraño porque sentía que esa pomada me quemaba por dentro pero me gustaba, al parecer era para dar más sensibilidad, y vaya que lo lograba, después se quitó su camisa y embarró su pene de esa pomada, yo ya sabía que era lo que seguía. Colocó la punta de su pene en la entrada de mi culo y empujó suavemente, podía sentir como entraba. --¡ooh… dios…!—exclamé cuando la puntita entró. –Tranquilo, ya verás que pasará, solo relájate—me decía para tranquilizarme. –Por… favor…despacito…papi—le decía con vos temblorosa. Pude sentir su verga entrar pero no era toda, solo era la mitad y se quedo inmóvil para que mi ano se acostumbrara. Estuvo así por un rato, me quitó la camisa de un jalón y se recostó sobre mí, quedando en pose de misionero. Yo sujeté mis piernas en alto para que mi ano estuviera totalmente abierto, él empezó a moverse lentamente de adelante hacia atrás penetrándome, yo podía sentir como mi ano se amoldaba a su deliciosa verga, el dolor empezó a disminuir, por suerte esa pomada también era lubricante. Después de un rato de lentas embestidas el subió la velocidad un poco pero aun no metía toda esa enorme verga, solo eran 12 cm los que me penetraban, aun faltaban 6 más que ya estaba empezando a desear. Sus movimientos ya eran algo rápidos, yo me cansé de sujetar mis rodillas y lo tomé por la espalda abrazándolo, el tomó mis piernas y las levantó de nuevo mientras me susurraba al oído. –te gusta nena?-- --me encanta papi—respondía como podía debido al placer que me causaba.
    
    El besaba mis orejas y cuello, cada vez que me mordía y besaba el cuello, yo gemía como perra ya que era mi punto excitante. El sujetó con fuerza mis piernas y de un solo golpe me penetró con toda su verga. --¡Oohh… diossssss…!—grité, arañando su espalda. –eso le encantaba a tu madre—me dice. –qué?—pregunté algo confundido porque hablábamos de ella en este momento. –sí, eres muy parecida a ella hasta en el sexo, lástima que fuiste hombre, ambos tienen un gusto ...
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