1. Mi Profesor


    Fecha: 27/02/2023, Categorías: Incesto Lesbianas Sexo en Grupo Autor: Riseva, Fuente: SexoSinTabues30

    ... una erección? Y qué tiene de malo si eso en normal en un niño de 12 años –
    
    – Ay, no sé hija, pero no me parece bien –
    
    – No te preocupes mamá, tú sabes que es como mi hijo y si bien es cierto que se le para, no pasa nada somos hermanos. Y no tengo nada que ocultarle ni él a mí – le dije seriamente.
    
    Es verdad que cuando lo jabonaba tenía una erección, es verdad que me gustaba jabonarlo cuando estaba así, tenía la ventaja que otras niñas de mi edad ni tenían. Incluso yo le enseñé a masturbarse, claro que siempre quería que se lo hiciera yo, aunque me gustaba hacerlo, le puse ciertas condiciones y era por el nivel de notas.
    
    – Eres muy hermosa – me dijo mirándome y yo acostada y desnuda.
    
    El se sacó el polerón y comenzó a desabotonarse la camisa.
    
    Me senté al borde de la cama y solté el cinturón, rápidamente desabotone el pantalón y bajé el cierre tirando hacia abajo.
    
    Estaba atascado en el bulto, tiré con fuerza y saltó contra mi cara.
    
    Qué hermoso era, lo acaricié suavemente con la yema de los dedos, lo recorrí entero de arriba abajo, su piel blanca y su glande rosado, la forma, todo me gustaba. No pude evitar pasarlo por mis labios, besarlo y meterlo dentro de mi boca.
    
    – T gusta? –
    
    La pregunta me sorprendió, lo saqué rápidamente de mi boca mientras la saliva bajaba de mis labios.
    
    – Perdona – le dije limpiando mi boca con el dorso de mi mano.
    
    – Es todo tuyo, puedes hacer lo que quieras.
    
    – Lo quiero adentro – dije trémula.
    
    Me acosté de espaldas, se subió entre mis piernas, levanté las rodillas, se lo tomé y lo puse a la entrada de mi vagina.
    
    – Estás segura de lo que vamos a hacer? –
    
    – Si, segurísima, por favor… –
    
    Sentí la presión, suavemente comenzó a penetrarme, mi corazón estaba a mil y tuve que abrir la boca para tragar aire.
    
    La penetración siguió hasta tocar fondo, eso creo, porque su pelvis quedó pegada a mí.
    
    – Quédate así, no te muevas – le dije
    
    Tenía ganas de orinar y si se movía no podría evitarlo.
    
    Después de unos minutos, y de sus besos por todos lados, comenzó a moverse, como cuando un tren inicia su viaje, lentamente, poco a poco va ganando velocidad, hasta que en un momento mi cabeza estalló en fuegos artificiales y quedé flotando entre nubes de algodón.
    
    Lentamente fui bajando hasta quedar en la cama con mis brazos y piernas abiertos.
    
    No podía mover ni un músculo, no me obedecían, todo mi cuerpo estaba blando, lo único duro era su miembro que llegaba a mi ombligo.
    
    – Estas bien – me preguntó suavemente.
    
    Traté de contener la risa, pero sonó como un gemido.
    
    – Te duele? –
    
    Ya no me supe contener y puse una mano en mi boca al momento de soltar la risa.
    
    – Porqué te ríes – dijo
    
    – Porque estoy feliz – dije sin dejar de reír.
    
    Él también se puso a reír y nos reímos juntos.
    
    – Tú también acabaste? – le pregunté.
    
    – No – respondió.
    
    – Y porqué te ríes? –
    
    – Porque estoy feliz de que estés feliz –
    
    Lo besé apasionadamente y el tren comenzó a moverse ...