Con una universitaria en el parque - Relatos Eróticos

Con una universitaria en el parque

Este realto es de hace algunos años, cuando tenía 21. Stephanie es una mujer que conocí en las clases de inglés en los meses de enero y febrero. Ese año ella había terminado la escuela y por las vacaciones estuvo estudiando inglés. Al final del verano tendría su primer año de universidad. No recuerdo exactamente su edad, tal vez 18 en ese momento. Es una mujer de 1.7 y contextura delgada pero un poco ancha en su espalda y sus caderas, porsupuesto que para su edad tenía muy buenas tetas, piel blanca como un papel y cabello ondulado y marrón. De personalidad loca hasta con cierto grado de desborde emocional. Se le notaba la calentura a kilómetros en la mirada. En todo caso, las clases de inglés transcurrieron de lo más normal posible, simplemente hablábamos ahí y nada más.

Sabía ya que ella iba a entrar a la misma universidad que yo y al verla simplemente la saludaba y ahí quedaba todo, hasta que un día nos encontramos de casualidad en la salida de la universidad. Ella iba con una amiga, simpática también y más baja que ella. Conversamos los tres y caminamos hasta la parada del bus y descubrimos ahí que iríamos en el mismo bus. La amiga se despidió dejándonos solos. Nos sentamos uno al lado del otro y por suerte no había gente parada alrededor nuestro, solo más universitarios en los asientos de adelante y atrás. Estuvimos conversando, ya ni recuerdo de qué, hasta que en un momento no se por qué le dije que para un hombre era incómodo orinar con una erección. Ella: "¿por qué?" yo: "la punta se levanta y ya no puedes apuntar, es una mierda. Sale disparado por toda la pared". Para esto, ya había hecho un par de roces "involuntarios" sobre sus tetas. Con el movimiento del bus había apretado la que tenía más cerca a mi cuerpo y teníamos los antebrazos pegados. No se por qué, pero le dije: "¿quieres ver como se pone?". Me dijo que sí y jalé su mano hasta mi pene, lo comenzó a apretar por encima de la ropa. Yo tenía una muy buena erección, mientras vigilaba que nadie viera a mi hembra toda caliente, porque era solo para mí. Ella no me lo soltó ni cuando pasaba alguien por lo que preferí tapar esa zona del cuerpo con una polera y la mochila. Aproveché para tocarle las tetas por encima de la ropa. Luego me pasé a su vagina: me encantaba sentirla en mis manos, mientras ella intentaba agarrarme el pene por debajo del pantalón. No era sencillo, el bus se llenaba cada vez más y tenía luces muy fuertes que le permitían a cualquiera ver un movimiento de más.

Estuvimos jugando así unos minutos hasta que Stephanie me dice: "yo me bajo aquí". Se estaba levantando y ahí decidí que tal vez podía conseguir algo más. "Te acompaño", le dije y me levanté detrás de ella. "Pero tú no vives por aquí", me dijo. "Lo sé, pero puedo llegar un poco más tarde a casa, no hay problema". Nos bajamos los dos del bus y empezamos a caminar por calles más estrechas, ya era de noche y no pasaba mucha gente. La besé, metí mi lengua en sus labios y abrí su polera de cierre en medio. ...