La chica del vestido rojo me provoca - Relatos Eróticos

La chica del vestido rojo me provoca

... cuando me estuvo tocando o besando en frente de todos, solo recordaba un beso que yo le di cuando la llevé al cuarto de mi prima para que durmiera (como cada fin de semana estaba de viaje)

- Y me gustó mucho – me dijo

- Pues a mí también, aunque me sentí muy incómodo cuando me besaste frente a todos

- Jejejeje si te entiendo, no te debe gustar que te molesten con esos típicos UUUUUUHHHH

- Exacto fastidia que hagan eso

- A mí tampoco me gusta, pero me gustó besarte, y mejor si no se enteran de más, ven – y me jaló de regreso al salón

- Espera, espera, no me digas que fue tu primer beso

- Aja, ¿se nota?, bueno picos no cuentan, este beso me hizo sentir distinta

- Con esta reacción, me pareció extraño.

- Creo que vamos a casa por ahora

Mientras salíamos paso un bus con chicos de colegio, creo que hacían excursión a la universidad para conocer y como Lita estaba tan provocativa le gritaron “cuando veo rojo me antojo”

- Y si no me dan me enojo – le dije a Lita y me di la vuelta para llevarla al salón, ella solo se rio y salto como una niña emocionada

Ya en el salón cerramos las cortinas y puertas, se sentó en mis piernas y me besó, se notaba la falta de experiencia, ya que solo usaba los labios, poco a poco le fui enseñando a usar la lengua y aprendió muy bien, luego seguí con su cuello, me encanta como se ponen cuando se excitan con eso. Luego recordé como me había tocado esa noche y se lo dije, así que me saque la ropa superior y dejé que ella tocara mi pecho.

Lo rozaba suavemente con su mano todo el abdomen y el pecho.

- Que rico se siente, que rico… – me decía mientras acariciaba

- ¿Dónde se siente rico? – pregunté

- En todas partes, que rico es tocarte

Para esto había estado yendo al gimnasio todo el año así que aunque no era musculoso, mi cuerpo estaba bien marcado

- Se siente rico aquí – le dije mientras le ponía las manos en el trasero.

- Aja muy rico ahí también – y me volvió a besar apasionadamente

- Y aquí mientras le tocaba uno de sus deliciosos senos

- Ay Dios, muy rico

Y así estuvimos entre besos y manoseos hasta que tocaron la puerta. Al parecer iba personal a limpiar las aulas alrededor de la una, así que tuvimos que irnos.

Así fue toda la semana, al final de clase salíamos caminando juntos a paso muy lento y una vez todos nos habían superado y salido a sus casas a almorzar, nos dábamos la vuelta al salón para besarnos y manosearnos, en estos encuentros solo llegábamos a masturbarnos por encima de la ropa, ahora usábamos camisa y blusa para desabrocharnos más fácil y sentir el cuerpo uno contra otro. Fue un buen comienzo, venía el primer fin de semana y ella me dijo para “estudiar” juntos matemáticas en mi casa, a lo que le dije que iba a viajar a mi ciudad ese fin de semana, pero podíamos hacerlo desde el lunes por las tardes. ¡MENTIRA! Simplemente quería seguir acostándome con Sara que era una diosa en la cama.

Claro está que también quería tirarme a Lita, pero ...