1. El regalo (Final)


    Fecha: 20/01/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Ana901, Fuente: CuentoRelatos

    ... demasiado, las aberturas a los lados ensenan lo justo de esos muslazos, te aplasta un poco esos tetones, pero los echa hacia los lados y se ven preciosos y lo del culo es para morirse, podría pasarme el resto de mi vida contemplándolo. Al tener franjas hace que parezca un enorme melocotón.
    
    -Lara. (completamente roja su cara). Sigue por favor. Me muero de vergüenza, pero me encanta.
    
    -Ana. Como puedes acostarte conmigo y no ruborizarte y en cambio…
    
    -Lara. Pues porque me siento observada, durante años tuve un enorme complejo con este culazo.
    
    -Ana. ¿Y cómo te lo quitaste?
    
    -Lara. Pues aprendí a disfrutar de él. Si no puedes con tu enemigo únete a él.
    
    -Ana. Tengo una fantasía que me gustaría hacer realidad.
    
    -Lara. ¿Cual?
    
    Me lancé escaleras abajo hacia el tendedero y deje a mi amor sorprendida en su habitación. Desde mi llegada me había fijado en la “ergonómica” empuñadura del mango de una fregona con la que limpiábamos cada día la cocina, era algo más grueso que los que había visto en España y estaba hecho de un plástico muy suave. Con un poco de lejía y abundante agua me aseguré de que quedase perfectamente limpio y me volví escaleras arriba con la mala suerte de que Leonor bajaba en ese momento al baño medio dormida. Su cara al verme con el mango de la fregona fue indescriptible.
    
    La cara de su madre también merecía un cuadro cuando entré en su habitación. No dije nada, solo me senté en una butaca en la esquina de la habitación y Lara entendió que debía arrodillarse en el suelo frente a mí, a cierta distancia. Aquel vestido que Lara acabó regalándome, y aún conservo, marcaba perfectamente las redondeces de aquel culo que era ya el centro de mi vida, me levanté un momento y puse una almohada en el suelo para que Lara pudiese descansar sus brazos y su cabeza en ella dejando todavía más expuesto para mi disfrute su trasero. Antes de sentarme de nuevo di varias vueltas alrededor de mi presa y acerqué la empuñadura del mango a la boca de Lara. Ella la lamio con placer, estaba muy excitada por mi juego, y la chupó hasta que yo volví a mi posición en la butaca. Desde allí solo podía ver culo y muslos, con el mango fui levantando con destreza el vestido y poco a poco aprecio el tanga amarillo cubriendo su vulva, acababa de ponérselo, pero ya estaba ligeramente húmedo, subi hasta arriba de todo el vestido y la octava maravilla quedó totalmente a mi vista. Con toda la paciencia que pude reunir, que no fue mucha, frote suavemente el tanga sobre su coño, me volvía loca tenerla alejada de mí y poder darle placer con mi “mando a distancia”. Lara se bajó el tanga hasta sus rodillas sin que yo se lo pidiese. Su chocho estaba brillante, le pedí que separase un poco las rodillas y empecé a jugar con la empuñadura en la entrada, hasta mi extremo del mango llegaba la sensación de que aquello era pura gelatina así que no la hice esperar y fui metiéndoselo poco a poco. Lara movía el culo suavemente mientras yo la penetraba desde mi butaca, de vez ...
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