Mi primera experiencia con mi vecina - Relatos Eróticos

Mi primera experiencia con mi vecina

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Mi nombre es natalia, tengo 22 años, recientemente me mudé a España para estudiar la maestría en filosofia. Mido 1,60 cm, soy de tez blanca, cabello castaño, busto pequeño pero mi mejor atributo son mis caderas y mi trasero. me encanta usar pantalones apretados, siempre atraigo la mirada de todos al caminar.

llevaba ya alrededor de tres meses viviendo en Madrid, la universidad me daba alojamiento temporal pero ya era hora de buscar mi propio departamento. Es cuando encontré una muy buena opción para vivir, un edificio ya antiguo pero bonito, la mayoría de los habitantes eran adultos mayores. Mis vecinos de alado era una familia, una pareja de alrededor de 35 años con un niño de 04 años, constantemente los saludaba por los pasillos pero casi siempre me encontraba con la esposa por las mañanas que salía a correr; era una mujer muy atractiva, de cabello rubio, pechos pronunciados. Me considero heterosexual sin embargo no me cerraba a la idea de algún dia experimentar.

Un día me encontraba aburrida en mi departamento, me sentía cansada y estresada por las clases. Decidí darme una ducha para relajarme, saliendo de la ducha me recosté en mi cama, cerré los ojos y empecé a tocarme, lentamente desabroche mi bata y acaricié mis pechos, sentí como mis pezones de erizaban, apreté fuertemente mis pechos y solté un leve gemido, en seguida moví mi mano hacia mi abdomen para después tocarme mi vagina, me encontraba tan mojada, lamí mis dedos y los puse dentro de mi, mientras me penetraba con mis dedos con la otra mano acariciaba mi clitoris. Me desesperé y busqué un dildo en un cajón a un lado de mi cama, me encontraba tan desesperada que Lo puse en máxima potencia, no podía evitar gritar y gemir cuando de repente escucho que alguien toca la puerta de mi departamento. Inmediatamente me contuve y me limpié mis manos con mi bata. No había tiempo para cambiarme así que únicamente amarre los cordones.

Era mi vecina de alado Elena

No me percaté cuando me siguió hasta la habitación.

me puse completamente roja

Comente de manera tímida mientras le entregaba mi cargador.

Me quedé confundida en si se refería al cargador o a otra cosa más. No tuve oportunidad de hacerle otra pregunta pues se había retirado.

Los días pasaron y ya no tuve otra interacción con ella fuera de lo normal de saludarnos en los pasillos, pero no lograba sacármela de la cabeza. Me masturbarba constantemente pensando que era ella quien apretaba mis pechos, quien introducía sus dedos, quien acariciaba mi clitoris y quien me penetraba. Intentaba sacarme estos pensamientos de la cabeza pero ella despertó un deseo en mi.

Una tarde noche regresaba de la escuela, me encontré con Elena en la puerta de su departamento traía muchas bolsas de mandado y llevaba a su hijo Tadeo de la mano. Mientras batallaba en abrir la puerta una de sus bolsas se rompió, por lo que le ayude a recoger la comida del piso.

Le sonreí, - anda te ayudo a meter las cosas.

Entramos a la casa y le ...