Una confesión lésbico - platónica - Relatos Eróticos

Una confesión lésbico - platónica

Es difícil definir a qué categoría correspondería este relato, puede estar en confesiones como en lésbico, es incluso más difícil plantearse un título para el mismo y es más bien una historia platónica porque a esta persona nunca la he visto ni nunca la veré, apenas leo sus relatos y nos escribimos por email.

Ella también es autora de relatos eróticos, pero no es como los demás. Ella no solo apela a lo visual en el relato, su audiencia no son los obesos pajeros que no salen de casa y que se pasan masturbando en su habitación viendo porno sin arte y leyendo relatos que van de buenas a primeras al acto sexual.

Ella en cambio apela a la psicología, ella no me erotiza basada en una descripción gráfica de un simple y mero acto sexual, ella me erotiza mucho más profundamente porque ella apela a las profundidades psicológicas de los seres que se involucran en las complejidades de una actividad sexual.

Pero sobre todo ella ha sabido, describir las facetas psico emotivas que yo no he sabido plasmar en mis relatos, yo simple y limitadamente he podido plasmar en mis escritos como yo he sucumbido al amor que sentí por mi padre mientras estuvo vivo en una suerte de esclavitud/sumisión al punto que no podía vivir sin mi dosis diaria de verga, mi dosis diaria de semen, y hasta que punto toda mi vida y mi psicología giraba alrededor de mi dios, de mi dominante, de mi marido, de mi proxeneta, de mi padre todos ellos en el cuerpo del mismo hombre.

Jamás pude adentrarme en la profundidad de la psicología, en los pensamientos y en los sentimientos de este hombre que me dio la vida, que me hizo mujer, que incluso hasta me prostituyó con la finalidad de salvarse y salvarnos. No he sido capaz de poder sumergirme en el interior de mi padre, su alma ha sido tan insondable para mí, lo único que siempre fue un hecho tangible fue su capacidad de dominarme y esclavizarme a su antojo, y el objeto de esa enfermiza sumisión era su verga y su semen.

Leerla a ella, en cambio me ha permitido ver a mi padre desde otra perspectiva y entender que para mi no había más opción que el incesto, y que no era su semen lo que me tenía sumida en aquel estado de esclavitud, sino que era la sangre era el ADN lo que nos unía. Leerla a ella, me permitió entender que de esa relación no pudo haber nada más sublime que aquel espermatozoide que alcanzó mi óvulo maduro mientras me tenía ensartada boca abajo empujando su verga hasta lo más profundo de mi útero, mientras sentía como mis ovarios se incendiaban con los manantiales de su semen.

Solo ella me ha podido tomar de la mano y llevarme a un estado sublime y hacerme entender el carácter purísimo del incesto, porque la sangre siempre llama, y parezco una tonta adolescente actualizando la página de correo electrónico esperando su email, para poderla leer más, para sentir las caricias de sus palabras en mi piel.

Cada consonante y cada vocal que leo de ella produce en mí secreciones vaginales intensas (quizás soy muy puta y siempre ...